El transporte público es un servicio esencial, además de ser un asunto de interés público, especialmente cuando es subvencionado. Pero la opacidad es total es muchos casos.
Y en el transporte público vigués es cada vez más alarmante. Hasta 2009 la propia empresa publicaba una nota de prensa con los viajeros, kilómetros y demás datos de interés, y los datos de viajeros por línea se podían consultar en el informe Provigo. Pero tras el “cierre” de ese organismo, Vitrasa dejó de dar notas de prensa y apenas se podía saber como evolucionaba el número de viajeros. Ya ni hablamos del número de viajeros por línea, información imposible de conseguir en abierto, y que podría dar pie a que alguien con buenos conocimientos en el funcionamiento del transporte público vigués pudiera averiguar por qué pasa lo que pasa.
Las vergüenzas que tratan de ocultar
Hace unos días, salió en la prensa que el servicio nocturno durante la noche de Samaín batió récords de usuarios, y cuando se puso en marcha el N4 y el C1 nocturno se decían los usuarios que tenían en clave triunfalista.
Pero por supuesto, solo el periodista Víctor P. Currás, del Faro de Vigo, se atreve a decir, en un artículo de referencia, las vergüenzas que “esconde” el transporte público vigués (salvo que sea como excusa para bajarle el sueldo a los trabajadores, claro está), y es que el número de usuarios por kilómetro es claramente inferior a 2019, aún con los recortes perpetrados, que si no llego a calcularlos línea por línea muchos incluso los estarían negando a pesar de ser evidentes para muchos usuarios. De hecho, el número de kilómetros con tanta huelga es un dato que ya no se publica, pero hasta 2010 lo podíamos saber.
Por lo tanto, estamos ante una opacidad que solo se justifica porque cualquiera que tenga interés puede darse cuenta de como funciona el transporte público vigués.
¿A quien le interesan los datos?
Con todo, parece que los datos solo le interesan a los frikis y a la oposición cuando el transporte público está de actualidad. Y lo peor es que hay dudas razonables de que los responsables de Vitrasa lo sepan hacer viendo las medidas que toman y las pocas declaraciones públicas.
De hecho, en 2016 aumentaron significativamente los datos de uso en verano en las líneas 10 y 12, que lo atribuyeron a la demanda más joven que va a la playa de Saiáns. ¿Y no sería que en 2015 el 10 iba por Beiramar y en 2016 pasó a ir por Torrecedeira, y según dijo el jefe de movimiento en Radio Vigo, pasó de llevar a 3 personas a llevar 30 al.día para esa zona? ¿Y no será que desde el 24 de agosto de 2015 el 12B va al Cunqueiro en vez de terminar en Pereiró o Matamá?
Por cosas como esa es evidente que la dirección de Vitrasa no parece enterarse de por donde van los tiros y no les importa, parece más preocupada, en un ejercicio de madurez impresionante, en averiguar quien le cuenta según que cosas a cierta página de internet, según se cuenta en los mentideros de la empresa. Y las consecuencias de la inoperancia de la dirección las pagamos todos, no estamos ante una empresa privada que sus problemas de gestión se los come ella, estamos ante una concesionaria de un servicio esencial del que dependen miles de personas cada día, y que debe estar gestionado de la mejor forma posible y con la máxima transparencia.
Además, últimamente les ha dado por mentir en temas como el número de vehículos. Oficialmente disponen de 124 para prestar el servicio, pero desde hace años afirman que tienen unos 135-140, lo cual es imposible salvo que cuenten los que tienen en el desguace o retirados, pendientes de venta o preparados para volver si alguno de los oficiales sufre una avería o percance que obliga a retirarlo. Pero antes solo decían el número de autobuses oficiales.
Xunta vs Concello de Vigo
Con el nuevo plan, la Xunta de Galicia publica memorias anuales que, si bien no son una panacea (faltan muchos datos, por ejemplo, usuarios por concesión, ya no hablamos de los usuarios por cada línea, quizás por vergüenza de las líneas utilizadas por entre alguien y nadie), son una maravilla al lado del transporte público vigués, Vitrasa, a diferencia de otras empresas, jamás publicó nada parecido, lo que hace que las comparaciones sean odiosas.
Y el tema no es baladí, es que publicar una memoria da pie a que cualquier persona pueda proponer mejoras desde una base sólida, o poder basarse en datos fiables para darse cuenta del funcionamiento de un servicio esencial. Pero eso supondría exponer las vergüenzas de gente que no tiene pudor en decir que tienen más vehículos de los que realmente tienen, o prometen cosas, como que en septiembre tendremos las rutas cargadas en Google Maps (estamos en noviembre y ni están ni se le esperan) y en resumen, de gente que no tiene reparo ninguno en mentir a la ciudadanía, como se pudo ver durante la huelga, o negando los recortes.
En resumen, si queremos que el transporte público sea un servicio básico para todos y no el cortijo privado de unos cuantos, necesitamos transparencia para conocer los datos reales y pormenorizados (al menos, aunque las interpretaciones de los mismos sean distintas, por lo menos hay una base común de la que tirar). Pero si no hay interés en cambiar, solo queda hacer cumplir la ley 19/2013.