Paseos por Vigo (16) - Polígono de Coia
Daniel Antomil - 03/12/2022 (actualizado 12/12/2022)
Hasta la década de 1960, la zona de O Pelaio era generalmente una zona con casas bajas, fincas y terrenos a monte. Hasta que en 1963 se aprobó la construcción del polígono de Coia.
Entre 1965 y 1978 dicho paisaje dio un cambio radical, la zona comenzó a poblarse de edificios que intentaron paliar la escasez de vivienda existente en Vigo en aquellos años. Dicho cambio sepultó decenas de fincas, casas, y convirtió en núcleos marginales a las zonas que quedaron libres de la urbanización.
Tras la construcción de los primeros bloques de edificios, en 1969 se comenzó a construir la actual Avenida de Castelao, conocida en aquella época como Avenida de Samil (por ser hacia este lugar donde estaba proyectada).
El resto de calles recibieron nombres de municipios de la provincia de Pontevedra. Para el acto, se trajeron a todos los alcaldes de los municipios homenajeados para que ellos mismos descubrieran las placas. Muchas de las placas originales aún se conservan, a pesar de que este año cumplen 50 años de presencia, aunque varias de ellas se conservan en mal estado y perdiendo parcialmente su razón de ser.
El polígono fue sufragado principalmente por la Caja de Ahorros Municipal de Vigo, además de distintas empresas pujantes de la ciudad (Barreras, Citröen…) que podían ofrecer viviendas a sus empleados en régimen de cooperativa. Las viviendas de la Caja de Ahorros fueron ofrecidas por sorteo, a sus clientes, presentando una solicitud.
Por ello, los habitantes del nuevo polígono eran gente humilde, trabajadora, que necesitaba una vivienda, que era muy escasa en la época, debido a la alta demanda de personas que venían de fuera a trabajar a la ciudad.
Pero el paro y la droga hicieron especial mella en el polígono, siendo considerado una zona muy peligrosa en la década de 1980. De hecho, se consideraba que el polígono había sido un gran fracaso por esa misma razón. Hoy en día es una zona preferente para vivir, con bloques separados, con pequeños jardines y con una gran calidad de vida, así que en el fondo, el polígono ha sido un éxito.
Como punto central, cabe destacar el Alcampo, principal supermercado de la zona, y que se abrió al público en octubre de 1981. Fue el primer hipermercado de la ciudad, y el segundo de la firma en España. Llegó al polígono aprovechando que apenas habían tiendas, y debido al menor precio del terreno.
Otro punto neurálgico es la rotonda de la Avenida de Castelao con la Rúa do Grove y la Rúa de Martín Echegaray. Esta plaza se construyó a finales de la década de 1990, para solucionar la problemática que creaba la apertura de la Rúa de Martín Echegaray. En esta plaza se colocó, en el año 2015, el Bernardo Alfageme, que causó una gran polémica en la ciudad, que hoy en día ha quedado olvidada. Esta plaza ya se conoce de forma extraoficial como Praza do Chamorro, en referencia al microtopónimo que se ubicaba en el lugar.
En la zona se construyeron colegios, y dos parroquias que han sustituido parcialmente la pertenencia a Coia, que es Nuestra Señora del Rocío (que ayudó a que la zona conocida como O Resío se acabase conociendo como O Rocío), y la parroquia del Cristo de la Victoria.
La principal zona de esparcimiento de Coia es el mal llamado Parque da Bouza, que debería conocerse como Parque da Cerca, debido a que A Bouza es la zona donde se encuentra el edificio donde están las viviendas sociales del polígono de Navia. El motivo de tal traslado toponímico debe ser el hecho de que ambas fincas fueran propiedad de la Compañía de Tranvías, y de hecho, en este lugar estuvieron durante décadas los tranvías abandonados, hasta la construcción del parque. El parque fue una demanda popular de la zona, que se materializó en 1991, además de la apertura de la Rúa do Padre Seixas, que se produjo en 1994.
Con todo, a pesar de parecer una ciudad de aluvión, hay conciencia de la historia anterior al polígono, y gracias a la labor de Iván Sestay, que entrevistó a decenas de personas mayores que conocieron y trabajaron las tierras ocupadas por edificios, para recuperar los microtopónimos que las designaban, y que hoy estarían perdidos. Gracias a ese trabajo, publicado en un libro que hoy en día es casi objeto de culto para muchos, se ha podido escribir la historia previa al polígono.
Comentarios
Hugo -04/12/2022 14:06
Moi bo, grazas por contalo.
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