Vigo360

Durante las últimas semanas estamos viendo una cantidad de usuarios sin precedentes en los autobuses interurbanos. Ya sea en el eje atlántico, la conexión de Vigo al Baixo Miño o de Cangas al CUVI, se está viendo una demanda sin precedentes del transporte público.

Tan solo en la línea de Cangas al CUVI por Moaña, se han añadido dos autobuses más a primera hora de la mañana: primero uno, que se vió insuficiente, y luego el tercero; todos haciendo el recorrido completo por Moaña para recoger a los viajeros. En la estación intermodal de Santiago se vio la semana pasada una cola kilométrica, tanto para los trenes como para los autobuses.

Sin embargo, las condiciones parecen no mejorar tanto como sería deseable. Según las empresas, muchas veces no pueden reforzar el servicio en el momento, por falta de vehículos o porque no tienen personal suficiente. Otras veces pueden, pero teniendo que llamar a la empresa para que manden otro vehículo, teniendo los viajeros que esperar un rato para que venga el autobús.

Ahora bien ¿de quién es la culpa de estos problemas? La respuesta es, de todos. Ni empresas ni administración contemplaron que la demanda fuera a ser tan alta con la vuelta a las clases. Nadie contó con que habría una enorme demanda por trenes que no sería suplida por Renfe (esperable, por otra parte, gracias a lo bien que funciona esta empresa) y que iría en busca del autobús como medio de transporte.

Ahora bien, esto solo explica los problemas en el eje atlántico, ya que otros servicios (como el de Tui a Vigo) son suplidos únicamente por autobuses¹. Los otros podrían atribuirse a varias cosas, como falta de previsión por parte de la administración, o las empresas no enviando el material adecuado.

Sobre esto último, aunque empresas como Lugove usen por norma general autobuses de 13 metros como los MAN Lion’s Intercity o los Mercedes Intouro, en algunos casos que han salido en la prensa el problema fue utilizar buses inadecuados. Por ejemplo, el Monbus de Ribeira que la empresa quería operar con un microbús, a pesar del recurrente problema de aforo que por lo visto sufrían.

Entonces ¿cual es la solución? En primer lugar, tener autobuses de guardia para poder salir a reforzar en cuestión de minutos. En segundo lugar, tener un sistema de reserva independiente de empresas y concesiones. Por ejemplo, a través de bus.gal, similar al de los recorridos a demanda. Reservando hasta X horas antes del viaje, poder tener garantía de una plaza. Claramente, esto supondría algo de trabajo, además de tener que implementar medidas que eviten que la gente reserve y luego no utilice.

Monbus tiene un sistema así a través de su web, solucionando el problema mediante una fianza de 10€, la cual se pierde si en 90 días haces tres reservas que no usas, o si pagas con una tarjeta distinta a la de la reserva.

Ahora solo falta que otras empresas apliquen esto, o que lo haga la Xunta aprovechando el ya existente sistema de reserva para los autobuses escolares compartidos y los servicios a demanda. Puede aprovecharse esto para permitir cualquier reserva desde bus.gal con el número de tarjeta. Todo esto, junto con un aumento de frecuencias en ciertas líneas y franjas horarias, claro.