
¿Tener calle dedicada garantiza el recuerdo?
Daniel Antomil - 25/07/2025
En ocasiones, se habla de inmortalizar el recuerdo de una persona dedicándole su nombre a una calle. Normalmente es a algún vecino ejemplar, como el párroco, un alcalde, maestro, médico… alguien que se hubiera ganado el respeto de la mayoría de vecinos. Muchas veces se le dedica en vida, o al poco de fallecer.
En otras ocasiones los nombres vienen dados por los políticos, aprovechando efemérides o la muerte de alguien. Por ejemplo, tras el fallecimiento del ex presidente Adolfo Suárez, se le dedicaron calles por España. También, por el Día das Letras Galegas, en ocasiones se aprovecha para dedicar una calle al homenajeado.
También hay nombres que evocan el régimen político del momento. Durante la II República, desaparecieron los nombres de reyes y políticos de la Restauración, y fueron sustitudos por los políticos de la República e intelectuales proclives a ella. Durante el franquismo, fueron sustituidos por los generales que se sublevaron contra la República y nombres evocadores de la dictadura. Al llegar la democracia, poco a poco desaparecieron estos nombres y según el ayuntamiento, fueron sustituidos por nombres neutros, del bando republicano, represaliados durante la dictadura, o democráticos.
¿Quién es la persona que da nombre a esta calle?
En muchas ocasiones, los nombres de las calles se utilizan como sustitutivos de los topónimos tradicionales. Por ejemplo, en vez de decir que vou pola Calzada, polo Canadelo e polo Roupeiro se pasa a decir vou por García Barbón. Es decir, el nombre de la persona se convierte en un topónimo de facto. Por eso es importante que los topónimos tradicionales den nombre a las calles. De hecho, alguien del Calvario puede decir que voy por Urzáiz y Colón al puerto.
Pero muchas veces la gente no sabe quien es ese Urzáiz que da nombre a una de las principales calles de Vigo. Y hay fenómenos muy interesantes, como el nombre de Churruca, que en Vigo está asociado a la fiesta debido a que en esta calle se concentran distintos pubs. Pero pocos de los que están de fiesta saben quien fue ese tal Churruca (y los que lo saben al acabar la fiesta se les olvidó). En ocasiones, el nombre de la calle va acompañado de la profesión de la persona (Rúa do Doutor Corbal, Rúa da Mestra Emérita, Rúa do Sarxento Solla…). Incluso así, puede costar saber quien fue exactamente esta persona, en el segundo caso, utilicé fuentes periodísticas, y en el tercero, ni así se puede averiguar quien fue el homenajeado.
Pero lo más curioso es que hay calles en las que investigar mucho para saber quien es la persona homenajeada. De hecho hay nombres como Trinitario Otero (en Candeán), e incluso en vías principales (Manuel González Prado, en San Pedro, Nigrán) que ni investigando se puede saber quien fue esta persona. Aunque como esta gente existió, es posible encontrar a alguien que lo conociera. En muchas ocasiones la información es escasa, y cuesta encontrarla, e incluso donde no se puede saber con certeza si es real (caso de Cesáreo Vázquez, una de las principales calles de San Miguel de Oia, donde parece ser que fue un párroco que con nocturnidad, ensanchó el camino colocando cercados en las fincas y permitió que la parroquia tuviera un camino más ancho).
Por lo que podemos asegurar que en la mayoría de los casos, el dar nombre a una calle solo va a suponer que esa persona será utilizada como una especie de topónimo, sin que en muchos casos se sea consciente de quien fue esa persona. El hecho de que el Concello de Vigo considere interesante colocar paneles en algunas de las nuevas humanizaciones para recordarlo, o que un trabajo sobre las calles de Vigo tuviera cierta relevancia, nos dice que hay un desconocimiento general de esta parte de nuestra historia, que está presente, pero que no somos conscientes de ella. Además, el nombre de una calle es susceptible de ser retirado en cualquier momento. Ya sea porque el nombre no sea de agrado del alcalde de turno, ya sea por cuestiones política o simple envidia personal, o por la destrucción física de la calle (por ejemplo, el Camiño de Félix Santamaría, que desapareció a mediados de la década de 1990, con la urbanización de la zona entre Florida y Castelao, y el nombre fue eliminado definitivamente).
Otra forma de tener dedicada una calle
En muchas ocasiones, en ámbitos rurales, nos encontramos con calles dedicadas a antiguos habitantes, en ocasiones, de forma indirecta. Esto sucede porque los habitantes llaman a ese camino como O camiño que leva a de Pepito y se acaba conociendo como O camiño de Pepito. Luego viene un Concello, le da por bautizar los nombres de sus caminos, le pregunta a los vecinos, y le dicen que ese é o camiño de Pepito y en breves tenemos un pleno donde se aprueba la denominación, una inscripción en el INE, y una placa que pone “Camiño de Pepito”.
En la mayoría de municipios con el sistema de calles implantado nos encontramos con estas denominaciones, ya sea con el nombre de la persona (Camiño da Felisa), a su apellido (Camiño de Suárez), a sus profesiones (Camiño da Casa do Médico) o a sus apodos (Camiño do Pillapiscos).
Hay un hecho muy curioso, y es que el barrio de Fonte Escura, en Candeán, la mayoría de caminos tienen este tipo de nombres, y que en el fondo, no deja de ser otra forma de tener una calle. Con todo, saber quien fue exactamente esa persona es más complicado, e incluso imposible una vez pasado tiempo suficiente para que fallezcan todos los que conocieron a esa persona.
Y ya no hablamos de otra forma de toponimia bastante común en Galicia, y son los antropónimos medievales, de origen germánico en la mayoría de ocasiones (no, aunque alguno no lo crea, en este contexto no hablamos de los alemanes, hay que recordar que tras la caída del imperio romano, se instalaron diversos pueblos germánicos en la Península Ibérica, y en la España cristiana, “se puso de moda” poner nombres de las lenguas traídas por esos pueblos, que en ocasiones sobreviven en muchos nombres y apellidos actuales). Sobre esto hay multitud de tierras que, en ocasiones dieron lugar a entidades de población, parroquias, y si esta parroquia era capitalidad de municipio, al propio municipio (Gondomar, Mondariz, Crecente…). Saber quien fue esa persona, ya es misión imposible, pero su nombre pervivió por siglos, e incluso milenios.
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