El fin de los descuentos especiales de Monbus
Daniel Antomil - 11/08/2023
En septiembre de 2022, el Gobierno anunció la que posiblemente fuera la mejor iniciativa de su mandato, que fue el establecimiento de descuentos del 30% en los abonos del transporte público, que podía ser ampliado hasta un 20% por las administraciones autonómica y local.
La Xunta decidió acogerse al descuento y a la ampliación, y desde el 1 de septiembre de 2022, todos los usuarios con la tarjeta azul pagaban la mitad, lo que favoreció enormemente la implantación de estas tarjetas en la gente mayor de 21 años, que no era beneficiaria de la Tarxeta Xente Nova (que hasta entonces, fuera de las áreas metropolitanas y de ayuntamientos como Pontevedra, eran escasas de ver, porque solo suponían un 10% de descuento).
Pero otra medida del gobierno fue la gratuidad de los abonos de trenes de cercanías y media distancia, lo que supuso que la empresas de autobús coincidentes con recorridos de las líneas ferroviarias estuvieran en clara desventaja.
Por todo ello Monbus reaccionó, y el 6 de septiembre implantó un descuento adicional del 45% a los billetes pagados con la tarjeta azul, lo cual supondría que el usuario solamente pagaría el 5% del billete en determinadas relaciones de tráfico, que eran las más importantes (De Vigo a Pontevedra se pagaban 11 céntimos, a Santiago 34, a Coruña 64 y a Ferrol 71. Además están incluidas otras relaciones de tráfico entre Ourense, Padrón, Pontecesures, Vilagarcía, Santiago, Fene…
Además, incluía todas las relaciones de tráfico, por lo que se podía ir de Pontevedra a los hospitales de Vigo por 11 céntimos, y del rural de Pontevedra (Cerponzóns, por ejemplo), a Vigo, Padrón, Pontecesures y Santiago a precio reducido, o de Bora a Vigo, es decir, relaciones de tráfico que jamás utilizarían el tren aunque fuera gratis.
Los primeros días comenzó a notarse la masificación de viajeros, especialmente de personas que querían utilizar los trenes y no podían por falta de plazas. Pero en los siguientes días, el número de usuarios no era mucho más alto que un día normal, salvo los fines de semana.
Pasaron los meses y la campaña seguía (y gracias a ella pude hacer un buen puñado de viajes a Santiago, Coruña y Ferrol que sin esa campaña no haría). Y todos pensamos que mientras Monbus sumara un número de viajeros que permitiera cubrir el 45% de los billetes que dejaba de ingresar. Pero parece que no es así, y el 15 de julio, los beneficiados de estos descuentos despertamos de nuestro dulce sueño.
Monbus, en su comunicado, afirma que el fin de esta campaña responde a la subida de los costes en general y a la falta de personal de conducción, siendo el primero un problema menor que en 2022 (el diésel es ahora 50 céntimos por litro más barato que en aquella época) y el segundo un problema presente desde hace varios años en las empresas de transporte, que, con las condiciones de trabajo y el propio trabajo en sí (que dicho sea de paso, generalmente son mejores que la de los camioneros, al menos los conductores de autobús suelen dormir en su casa) han conseguido que la profesión no sea atractiva para los jóvenes. Por lo que esta excusa parece de cara a la galería y probablemente esconda la verdad, que seguramente es que no salen las cuentas.
De todas formas, desde aquí se ha criticado a Monbus en distintas ocasiones, especialmente por su comportamiento en algunas concesiones, pero en esta ocasión, solo podemos tener palabras de agradecimiento hacia esta compañía, que hizo un esfuerzo en favor de sus usuarios, sin tener ninguna obligación de hacerlo, y que ninguna otra tuvo el atrevimiento de intentarlo. Por lo que, gracias, Monbus, por estos diez meses y pico en los que hiciste más por el transporte público que casi todos sus supuestos defensores.
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