Vigo360

El 17 de diciembre de 2022 fue una fecha histórica para el transporte de viajeros en la provincia de Pontevedra, se abría la nueva estación intermodal.

Historia

Desde siempre, los autobuses interurbanos hacían distintos recorridos por la ciudad, y trasladaban a viajeros de todas las procedencias, generalmente de destinos a los cuales no llegaba el tranvía: ATSA (de Tui a Vigo por Valadares y Zamáns), La Unión (de Bouzas a Cangas), Castromil (salían de la Rúa de Uruguay hacia Pontevedra), Tranvías de Mondariz (de Porriño a Vigo por Cabral)… Cuando el transporte urbano se adjudicó a Vitrasa, en el año 1968, el tráfico de viajeros dentro de Vigo se prohibió.

Pero a pesar de dicha prohibición, las empresas seguían realizando transporte de viajeros de forma ilegal dentro del ayuntamiento de Vigo, aprovechándose del recorrido que tenían que realizar por la ciudad.

Para intentar atajar el problema, se estableció la necesidad de crear una estación de autobuses que canalizara todo ese tráfico hacia dicha estación.

La ubicación trajo polémica, no eran pocos los que defendían que la estación debía estar en el centro, junto a la estación del ferrocarril. Otros defendían la ubicación actual, pero bajo tierra, aprovechando el terreno para crear una zona verde.

Al final, el 15 de diciembre de 1989, la estación de autobuses se inauguró, al mismo tiempo que el Hospital del Meixoeiro.

Desde su creación, el estado de conservación ha sido objeto de frecuentes críticas, desde las escaleras mecánicas que no funcionaban, las goteras, los baños en mal estado… Y su situación obligaba a utilizar el autobús urbano a muchos viajeros para desplazarse al centro, y en otras ocasiones, determinadas rutas tenían que partir de otros puntos para tener más sentido y viajeros (por ejemplo, las líneas de Cangas o de Redondela).

Por todo ello, la Xunta lleva años intentando crear una nueva estación más adecuada, intentando solucionar los defectos de la presente. Y el resultado se ha visto el pasado día 17.

La nueva estación

Lo más llamativo es que las dársenas se encuentran encima de la propia estación, cuando o están al lado o están por debajo. Para acceder a la misma hay que bajar al edificio donde se encuentran las oficinas y la sala de espera, y luego volver a subir. Pero lo más sorprendente es un defecto de seguridad que se está observando, y es que muchos viajeros, para evitar dar ese rodeo, entran y salen por las puertas de entrada de los autobuses, obviando la señal que lo prohíbe y exponiéndose a un riesgo bastante elevado.

Lo peor es que un día algún autobús acabará atropellando a algún peatón, y ese día todos los echaremos las manos a la cabeza.

La señal de la discordia

El Concello de Vigo, fiel a la tradición que ostenta en los últimos años de pelearse con la Xunta por cualquier historia, ha puesto en cuestión los nuevos recorridos, amenazando con multar a todos los autobuses que crucen la ciudad. Como esto sería prevaricación, lo que ha hecho fue prohibir que subieran por Cervantes.

Este giro, si bien es defendido por las empresas, es muy poco recomendable debido a que para hacerlo bien hay que utilizar todo el cruce, invadiendo el carril izquierdo de Alfonso XIII, lo que puede ocasionar conflictos, sobre todo en esta época donde el tráfico por esa zona es extremadamente intenso. De todas formas, los minibuses, y autobuses pequeños como los Otokar Navigo (Lugove) e Isuzu Turquoise (Monbus) pueden hacer ese giro sin problemas.

Por todo ello, los autobuses tienen o que ir a Colón y subir Urzáiz, o ir por García Barbón, San Lorenzo y Gregorio Espino, o entrar y salir por la AP-9 y no hacer más paradas en la ciudad.

Hay que destacar que hay empresas que están cumpliendo, como Lugove (aunque les cueste ir 15 minutos tarde como mínimo) y otras que informan mal, como Monbus, en las concesiones XG621 y XG622, donde se informa de paradas que no se hacen (la de Gregorio Espino para los servicios sanitarios) o la de Plaza de España para algunos servicios que salen de la intermodal.

Cabe destacar que se han reestructurado los servicios de las concesiones XG621, XG622 y XG888, y algunos de ellos dejan de ir al Hospital Álvaro Cunqueiro, y los que van hacen paradas en Povisa y en la Plaza de España, sin ir a la intermodal, excepto el servicio de los sanitarios.

Conclusiones

Lo que pudo ser una gran oportunidad para mejorar el transporte interurbano en Vigo y su entorno, se ha convertido en un problema más por culpa de las administraciones. Entre las distintas peleas y problemas de seguridad, se está perturbando el funcionamiento de un servicio público, con autobuses que van sistemáticamente 15 minutos tarde por el rodeo al que se ven obligados a recurrir, o teniendo que dejar de hacer paradas en el casco urbano, obligando a los viajeros a acudir sí o sí a la intermodal, o a ocasionar que los viajeros prefieran acceder por la puerta de los autobuses en vez de hacerlo por la estación. Con todo, la estación es una mejora importante respecto a la anterior, hay hasta un lugar para esperar sentado en las dársenas (en la anterior la gente se sentaba en las escaleras) y muchos usuarios pueden ahorrarse un viaje en bus urbano para ir a Vigo, lo que probablemente redunde en un aumento en el número de viajeros.