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Si hay una zona de Vigo con un carisma insuperable y con una historia propia es el barrio del Calvario. Si bien, hay que precisar, históricamente, O Calvario es uno de los lugares del barrio de Riomao, que es uno de los 8 barrios históricos en los que se divide la parroquia de Lavadores.

Este lugar no era más que una zona con varias casas y llena de campos de cultivo, árboles y viñedos. Todo cambió al construirse la carretera de Vigo a Villacastín, en el año 1837 (actual Rúa de Urzáiz), en la recta que describía esta carretera en este barrio se fueron construyendo las primeras casas.

El origen del topónimo está en un calvario de tres cruces, una en el Pazo da Portela, otra en el cruce de Os Choróns, y un cruceiro en el actual cruce de Urzáiz con Extremadura, donde había una pequeña plaza. Este cruceiro fue derribado por un mendigo que se quería subir a él, en el año 1910, y de resultas de esta gamberrada, se llevó a la iglesia de Santa Cristina, donde aún se conserva.

Con el crecimiento del barrio se fueron creando distintas calles, y el lugar se fue convirtiendo en el “centro urbano” del municipio de Lavadores, formado por aldeas dispersas alrededor de las 8 parroquias que lo conformaban.

Estas calles tenían distintos nombres, algunos tradicionales y otros honoríficos (García Barbón - actual Numancia; Doctor Carracido). Tras la implantación de la dictadura de Franco, algunas calles se les dedicaron a los dirigentes y militares destacados (General Franco, actuales Urzáiz y Ramón Nieto; Calvo Sotelo, actual Aragón; Capitán Carreró, actual Cataluña). Y se comenzaron a bautizar distintas calles con nombres de provincias españolas, que se iban correspondiendo con las que Franco iba tomando con el transcurso de la Guerra Civil (Palencia y Burgos).

Finalmente, en 1944, tras la fusión de los municipios de Vigo y Lavadores, se aprovechó para eliminar las distintas repeticiones de calles y se dedicaron bastantes más calles a provincias y regiones españolas (Aragón, Cataluña, León y Extremadura), junto con la dedicación de la calle principal del barrio a José Antonio y otras dos denominaciones de batallas que respondían a los valores que quería implantar la dictadura, como son Numancia y Sagunto.

Si bien era cierto que esta zona de Lavadores crecía cada vez más y más, lo cierto es que el ayuntamiento de Lavadores tenía importantes carencias, y muchos de los servicios se suplían desde Vigo (el abastecimiento de agua, o el tendido eléctrico, que comenzaron a llegar en 1905). Y todo ello en un contexto donde la población crecía, y se instalaban cada vez más fábricas.

Este proceso de industrialización trajo a la zona un marcado carácter obrero, en el barrio (especialmente en la zona de Riomao) se instalaron los obreros que trabajaban en las fábricas, y en la calle principal, se instalaron los comerciantes y profesionales con sus tiendas y servicios para servir a la población del barrio y del entorno.

En 1917 llegó el tranvía, con servicios continuos que viniendo desde Cabral, atravesaban el barrio, llevando a los obreros que trabajaban en las fábricas de Vigo. La llegada del tranvía supuso un mayor crecimiento de este barrio, que prosperaba más y más.

De hecho, ya se configuraba como un nuevo barrio de Vigo, aunque perteneciera a otro ayuntamiento. Es por ello, porque cada vez era más necesaria la fusión de Vigo con Lavadores, debido a las carencias del ayuntamiento de Lavadores, que eran suplidas en muchas ocasiones por Vigo, como por la necesidad de crecimiento de Vigo, que se encontraba con la muralla que suponía el ayuntamiento de Lavadores.

La llegada de la dictadura supuso un cambio importante en el barrio. Los movimientos obreros fueron perseguidos y los militares tuvieron resistencia al intentar imponer el nuevo orden en el barrio, con enfrentamientos y tres barricadas que no impidieron que el ayuntamiento fuera tomado por las fuerzas sublevadas. Tras esto, decenas de vecinos, considerados potencialmente peligrosos para el nuevo régimen fueron asesinados y muchos otros sufrieron distintas formas de represión.

Tras esto, vino la integración de Lavadores a Vigo. En muchos lugares se atribuye esta fusión a un castigo al nuevo ayuntamiento por haberse rebelado contra la dictadura. En realidad, era un hecho que más pronto que tarde, tenía que suceder.

Tras esta integración, desaparecieron los límites municipales y los fielatos, y especialmente a partir de la década de 1960, los límites con Vigo se fueron borrando, hasta el punto que hoy es necesario documentarse previamente para conocer donde estaban los límites entre ambos municipios.

La integración de O Calvario en Lavadores fue desapareciendo con la creación de nuevas parroquias destinadas a atender a la nueva población, como la de Fátima, la de la Inmaculada Concepción (cuyo templo inicial se encontraba en el cruce de Ramón Nieto con Cantabria y en 1967 se trasladó al lugar actual, en una iglesia característica que recibe el nombre de Los Picos.

En esta finca se instaló también el instituto de enseñanzas medias, que en la actualidad recibe el nombre de IES Castelao. Este instituto tuvo que ser derribado debido a su mal estado, como otros edificios educativos de la ciudad, siendo el edificio actual construido en el año 1994.

Pero la historia del barrio sigue, y en la década de 1970 se construyeron las avenidas de Emilio Martínez Garrido y Gregorio Espino, que dieron lugar al nacimiento del barrio de A Dobrada, que si bien, se pensó como una ampliación de O Calvario, con el paso del tiempo, ya forma un barrio propio.

Fruto de esta expansión, en el año 1991 se abrió el tramo de la Rúa de Jenaro de la Fuente comprendido entre la Travesía de Vigo y la Rúa de Aragón. Esta obra supuso el alivio del tráfico que soportaba Urzáiz, muy intenso, y que permitió su peatonalización, en el año 2002.

Esta peatonalización, muy contestada en su época, ha supuesto la consolidación de esta calle como una zona comercial de barrio, y que en los años sucesivos se amplió a distintas calles adyacentes, con una afluencia de gente que rivaliza con el centro de Vigo y que hoy ya nadie discute.

Con el paso del tiempo se fueron creando nuevos servicios, como la biblioteca Xosé Neira Vilas, en el año 2011, con un grandísimo éxito, y la fisionomía del barrio va cambiando.

En el año 2015 se inauguró la nueva área comercial del edificio Bandeira, que da un nuevo aire a una bodega en ruinas desde hacía décadas, y que era reclamado por los vecinos para fines socio-culturales. Finalmente se creó un área comercial, con un Mercadona en sus bajos.