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El autobús 6806 de Vitrasa ardiendo, mientras su conductora, lo observa. Imagen: Faro de Vigo
El autobús 6806 de Vitrasa ardiendo, mientras su conductora, lo observa. Imagen: Faro de Vigo

La resolución del "caso 6806" al detalle

Daniel Antomil - 20/07/2025

El 30 de abril de 2023 saltaban las alarmas, y es que un autobús de los híbridos comenzaba a arder en la principal parada del transporte público de Vigo, la de Urzáiz-Príncipe. Se trataba del autobús número 6806, un Volvo 7900 S-Charge, estrenado hace mes y medio, y era un autobús híbrido, con lo que en caso de incendio, las baterías explotarían, generando una situación muy peligrosa. El autobús hacía la línea 4A, en la salida de las 22:02 de Muíños a Aragón.

Cuando llegaron las noticias, lo primero que pensé es que se había quemado por avería. Los Volvo comenzaron dando muchos problemas, averiándose constantemente y varios tuvieron que volver a la Volvo para solucionar problemas, entre ellos el propio 6806, para solucionar problemas con la batería. Por lo tanto, era previsible que alguno tuviera un problema que causara un incendio.

Pero al pasar las horas, se informó de que otro autobús, de la línea C3 sufrió un incendio intencionado y se habían localizado restos de artefactos incendiarios en ambos vehículos y la policía los estaban investigando.

Mientras tanto, se dijo que la conductora (una profesional con más de 20 años de experiencia y con una gran reputación a sus espaldas) sufrió un ataque de nervios y fue ingresada en un hospital. Por la acción de desalojar el autobús fue felicitada por el alcalde.

Pero en los siguientes días saltó la noticia de que descubrieron a los autores, y eran la conductora del autobús y la pareja sentimental.

¿Cómo se descubrió todo?

Cuando comenzaron las investigaciones descubrieron que en el artefacto incendiario del primer vehículo habían tickets de control que estaban asignados a la conductora del segundo autobús, y se procedió a visualizar la cámara del autobús 6480, donde aparece el autor, tapado con una mascarilla y con distintas prendas. Tras revisar imágenes de redes sociales relativas a las manifestaciones por el conflicto colectivo de Vitrasa, aparecían juntos en varias imágenes, y él vistiendo algunas de las prendas que usó el autor de los incendios, teniendo la misma complexión. Así que todo estaba más claro, y se procedió a pedir autorización judicial para registrar su domicilio.

En el domicilio se encontraron la mochila, la gorra y la chaqueta utilizadas por el autor, además de un blíster de medicamento y una caja de galletas de las mismas marcas que se utilizaron para crear el artefacto incendiario que se encontró en el autobús 6480. Además, se indica que la mochila encontrada en el domicilio olía a gasolina. También hay otros objetos encontrados en el domicilio, como botellas de leche y latas de refrescos, que como son de consumo más general, son más débiles, a diferencia del medicamento y la caja de galletas.

A esto se unen más indicios. Al poco de suceder el primer incendio, a las 21:52, el autobús de la línea 4A debería estar bajando por la Rúa San Paio para dirigirse a Muíños, de donde tiene que salir a las 22:02, es decir, en unos minutos debería llegar a la cabecera. Al ser una llamada perdida, se puede considerar un indicio, como un “aviso” de salida de cabecera.

Al bajarse del autobús, el autor del incendio pudo subir a Castelao, y tendría unos 20 minutos para abordar el segundo autobús. Ambos lugares están conectados por el Camiño da Raposa, que aunque tenga cuesta arriba, una persona con una forma física razonable puede recorrerlos en ese tiempo sin problema.

En el incendio del segundo autobús, había una viajera que reconoció que un hombre gritó ¡¡FUEGO!! y la conductora afirma que fue una mujer. Y sobre todo, podría resultar poco creíble que ella no reconociera a su pareja al subir al autobús, aunque con ese atuendo, llamativo desde luego, siendo ya de noche, podría colar, pero desde luego, nadie se cree que él no reconociera a su pareja al subirse al autobús, y que la conductora no reconociera siquiera que la voz que se escuchó fuera la de un hombre, que aún por encima era su pareja.

Luego se comenta la nula colaboración de la conductora en el apagado del incendio, en una parte que en mi opinión, es bastante discutible. Es cierto que el conductor del 6480 fue de inmediato a apagar el incendio con un extintor, teniendo que recorrer 6 metros más para llegar hasta él que con el 6806 (no lo pone en la sentencia, pero lo añado, porque en un incendio en un vehículo, cada segundo que pasa son menos probabilidades de atajarlo). Con todo, cuando el incendio adquiere cierta envergadura, lo que hay que hacer es desalojar el autobús de inmediato, y más en un autobús híbrido, con un incendio que puede alcanzar las baterías. Realmente no se sabe la magnitud del incendio cuando la conductora se lo encontró, así que resulta bastante normal que desalojara el autobús y lo dejara arder, alejándose bastante del mismo. De todas formas, esto no cambia lo fundamental, y con el resto de indicios, se establece perfectamente la historia.

Al principio se acusó a la conductora de cómplice del incendio del segundo autobús, pero en este caso, se considera que sin su colaboración, la destrucción del segundo autobús no habría sido posible, por ello pasa a ser considerada como cooperadora necesaria.

Por lo tanto, realmente no hay una prueba contundente contra ellos, pero sí un conjunto de indicios que todos ellos en su conjunto constituyen una prueba. Por lo tanto, la responsabilidad aparece acreditada.

Al autobús 6480 le quedaron “secuelas” del incendio
Al autobús 6480 le quedaron “secuelas” del incendio

La defensa de la conductora

No aparece en la sentencia, pero sí me parece interesante traer a colación las declaraciones de la conductora a las preguntas de su abogado, porque hay elementos que me parecen destacables:

  • No apagó las llamas porque eran muy grandes y no recibió formación sobre el manejo de los autobuses híbridos. Es cierto que algunos conductores de las líneas que iban a llevarlos sí recibieron formación de estos autobuses, pero en el caso de conductores sin línea fija, como la acusada, seguramente no la hubieran recibido.
  • No le entregó el ticket rosa porque solo es su pareja, pero ni estaban casados ni eran pareja de hecho. Por lo tanto, al no ser familia oficial, no tiene derecho a viajar gratis en los autobuses.
  • Se hizo mención a un chat llamado Historias con sabor a gasoil utilizado para comentar los incendios, a lo que ella argumentó que no tenía nada que ver. Esto es rigurosamente cierto, esta conductora tenía un blog llamado Historias con sabor a gasoil (que yo mismo leía de vez en cuando) donde hablaba de cosas que le sucedían y otros asuntos. Se creó en 2017, en una época muy distinta a la actual, donde algo así hubiera sido impensable. De hecho, a día de hoy, en su página de Facebook, aparece un mensaje donde se defiende de estas acusaciones. Y doy fe de que esa página no fue creada para eso.
  • En 22 años de servicio jamás fue sancionada e incluso recibió una carta felicitándola por su buen hacer. He de dar fe de que viajé muchas veces con esta conductora, desde mis comienzos en el mundillo, y jamás le vi hacer algo fuera de lugar. Y de hecho, tenía muy buena fama, y tenía una vida pública en la que dejaba en muy buen lugar a la empresa. Sin duda era una empleada que estaba comprometida con su empresa.

Son cosas que, si bien, no restan hierro a la causa, sí son reseñables para algo que voy a comentar más adelante.

Las penas

Para establecer las penas se establecen las del artículo 351.1 del CP, que son de 10 a 20 años, por causar dos incendios con peligro para la vida de las personas. Es evidente que en el primer autobús viajaban 9 personas que podían haber sufrido daños si no son capaces de desalojar el autobús a tiempo, además de que si el fuego se extiende, el peligro para cualquiera que pase por ahí aumenta. En el caso del segundo, la explosión y los restos que pueden salir despedidos ponen a peligro a cualquiera que pase por allí, que al ser un lugar concurrido no son pocas personas, precisamente.

Para establecer las penas, se establece el agravante del disfraz del autor, y el atenuante de avisar del incendio, mitigando la responsabilidad.

Por lo tanto, la responsabilidad del primer incendio baja de grado, pasando a ser una pena de 5 a 10 años, y con el agravante del disfraz, se queda en 7,5 años, y el pago de los daños del autobús, cuyo arreglo costó 4.673,34€. La empresa intentó imputar el coste de los 9 días que el autobús estuvo parado, pero no se ha podido acreditar que supusiera paralizar la línea y no se operara con autobús sustitorio (lo cual es cierto, ese autobús tenía casi 16 años de antigüedad e iba a ser sustituido en junio por un articulado nuevo, y no tenía línea fija, utilizándose en distintas líneas según las necesidades).

En el caso del segundo autobús, no se reduce la pena y se aplica el agravante del disfraz, lo que supone una pena de 15 años para los dos, autor y cooperadora necesaria. Además deben pagar el precio del autobús incendiado. El vehículo costó 398.722€, y la depreciación en el tiempo de circulación fue del 10%, por lo que el coste del mismo en el momento del incendio es de 358.849€. Allianz pagó a Vitrasa 309.555€, y por lo tanto, deberán abonar a la aseguradora ese dinero, y a Vitrasa la diferencia, de 49.294€. Además, debido al incendio, Vitrasa se vio obligada a mantener uno de los autobuses ya retirados, supuso un sobrecoste de 15121,81€ para la empresa (al principio no estaba claro quien se quedaba, el 29 de mayo llegó un nuevo autobús, el 6702, pero mantuvieron los dos vehículos que tenían de 10 metros, y en junio con la llegada de los 6 nuevos articulados Mercedes, dejaron el 6482 hasta que llegó su sustituto, un Volvo 7900 S-Charge numerado como 6822, que comenzó a circular el 11 de junio de 2024, más de un año después). Por lo tanto, la cifra a pagar sería de 373.970,81€ entre los dos.

Pero la sentencia es recurrible, así que se podría suspender la ejecución de la pena hasta la resolución del eventual recurso, por lo que en este caso, podrían pasar años hasta el ingreso efectivo en prisión. De todas formas, sería muy raro que ambos no tuvieran que pasar algún periodo en prisión, aunque sea años después y con una pena más reducida. Eso, si no se acaba revocando total o parcialmente la pena. Respecto a la cifra a pagar, sería contra sus bienes presentes y futuros, aplicando las leyes al respecto. Y además, deben pagar las costas judiciales.

Los daños en la marquesina, curiosamente, no se les reclama en ningún momento
Los daños en la marquesina, curiosamente, no se les reclama en ningún momento

Conclusión final

Si bien es cierto que con este capítulo se cierra el episodio más negro de la historia de Vitrasa, no es menos cierto que hay responsabilidades que no se mencionan, y es que el hecho de que una conductora ejemplar, que era un modelo a seguir incluso por la propia empresa, cometa un acto contra la misma de semejante envergadura, debería hacernos reflexionar sobre la política de recursos humanos de la propia empresa, cuya misión consiste en cuidar el talento humano de la misma. De hecho, durante estos años, la política de RRHH ha estado en el punto de mira, por esta actuación, y por todos los hechos vergonzantes que han llevado a la huelga, los sucedidos durante la misma y todo lo que le rodeó. Además, en estos tiempos, varias personas me han comentado que la conductora estaba siendo perseguida por la empresa, y que estaba quemadísima con la empresa, con la que hasta hace poco se sentía identificada. Esto no aparece en la sentencia, no sé hasta que punto es real, pero que se comenten estas cosas ya es un olor a podrido bastante grande. A esto se le unen las declaraciones de uno de los mejores conductores de Vitrasa, quien afirmó que se intentó suicidar por la presión que supone trabajar en la Vitrasa actual, en medio de una baja por depresión, y una sentencia donde se considera accidente laboral una depresión de una auxiliar administrativa de la empresa por el mal ambiente de trabajo en la misma, donde se señala directamente a la responsable de RRHH.

Y esto debería estar claro, los culpables son la conductora y su pareja, pero la empresa, y especialmente, el departamento de RRHH son responsables, al menos moralmente, de que cosas así sucedan, porque su trabajo consiste entre otras cosas, de que el talento humano de la organización no se sienta tan despreciado como para que llegue a ocasionar actos como estos, que como recuerdo, hasta la llegada del director actual de Vitrasa, jamás había sucedido algo de una gravedad ni siquiera parecida a esto. Desde luego, el director actual de Vitrasa puede estar “orgulloso” de que hasta que él llegó, cosas que ni se podían imaginar antes, se hayan convertido en algo hasta aceptable.

También cabe otra consideración, los autores pudieron pensar que estos incendios podían ayudar a solucionar el conflicto que Vitrasa mantenía con sus trabajadores, pero no solo no ha ayudado, si no que ha contribuído a agravarlo, aumentando la tensión, poniendo en un aprieto al comité de empresa (que condenó el ataque y apeló a la presunción de inocencia de la conductora) y poniendo en riesgo el apoyo popular a los empleados de Vitrasa, que si ya era tibio, con actuaciones como ésta se daba una mala imagen del colectivo. Y menos mal que no pasó nada grave, porque en este caso, las consecuencias podrían haber sido mucho peores para todos. Quiero recordar una vez más el fallecimiento de un bombero en Santiago extinguiendo un incendio en un autobús de Rías Baixas, que al soltársele el freno de mano, le acabó arrollando, acabando con su vida. ¿Alguien podía asegurar que algo así no podía haber pasado en el incendio? Por suerte no hubo heridos, pero pudo haber sucedido una desgracia, por lo que la acción solo ha servido para arruinarse la vida, seguramente para siempre.

Acceso a sentencia íntegra aquí

P.D: Quiero recordar que la denominación de “caso 6806” es una invención mía, para dar denominación propia a unos hechos sucedidos sin recurrir a genéricos, no es un nombre oficial y no debería ser utilizado como tal.

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Comentarios

Oruña  -30/07/2025 09:56

Muy buen artículo. Qué pena de situación y de trabajadora… Aún me acuerdo cuando ya los del comité tenían reivindicaciones justas esta trabajadora seguía apareciendo junto con los directivos en los concursos de dibujo de Vitrasa y otras acciones institucionales y ella era una conductora modelo. La revolución devora a sus hijos… Faltaría mencionar la terrible responsabilidad del Concello de Vigo mirando para otro lado mientras tenemos de los peores servicios urbanos y peores empresas de transporte público de España…

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