
La prórroga a la ruinosa Vitrasa del señor Lozano
Daniel Antomil - 08/06/2025
Los hechos
Cuando escribo estas líneas el contrato del Concello con Vitrasa habrá terminado. El Concello no ejecutó la segunda prórroga del contrato y decidió sacar el transporte urbano a concurso.
Pero en estos días, el Concello anunció que iba a proceder a una prórroga “de hasta dos años” para que el proceso concluyera y el nuevo servicio entrara en vigor.
La prórroga
Realmente el Concello ha decidido ejecutar lo que permite la ley 16/1987, en sus artículos 82 y 85, que el propio Caballero impulsó cuando era ministro, que permite una prórroga de hasta dos años de los contratos. Pero eso no quiere decir que tengan que transcurrir los dos años. Puede terminar en cualquier momento, cuando el nuevo contrato esté listo. Con esto parece que el Concello quiere curarse en salud ante eventuales retrasos en su plan para tener listo el nuevo modelo de transporte al comenzar 2026.
¿Plan oculto?
Pero este retraso puede esconder una vuelta de tuerca, y es que después de 2026, está 2027, año de elecciones. Y una de las armas con las que quizás se puede presentar es con un transporte público mejorado (o al menos de forma aparente). De hecho puede que el mayor coste y las inversiones suponga la mejora real del servicio, con más autobuses y líneas nuevas que mejoren el transporte público en Vigo. Y todo esto se presentará meses antes de las elecciones, para que la gente lo vea antes de ir a depositar su voto.
Y cuando esto suceda casi nadie se acordará de los años de huelga, de la basura que virtió el alcalde sobre los trabajadores, de los recortes que desde 2019 llevamos padeciendo, y sobre todo de todas las deficiencias que el alcalde y su minion, Javier Pardo, esconden diariamente con mentiras y soberbia. Hay que entender que Caballero es un político que tiene un reverso tenebroso que puede sacar a relucir porque sus buenas acciones en determinadas cosas se lo permiten (y es que si no hiciera las cosas relativamente bien no duraría tanto tiempo en la alcaldía, todo hay que decirlo). Y es que para ser chulo, hay que tener poder. De hecho, si uno ve los plenos, es la única contestación que recibe la oposición: Yo tengo 19 concejales y vosotros 5/3. Y así se zanja cualquier discusión.
La ruina de la Vitrasa del señor Lozano
Mención aparte merece la respuesta de la Vitrasa del señor Lozano, ese ente que lleva 5 años siendo un pozo sin fondo, que ahora reclama al Concello, es decir, a los vigueses, a escote, que paguemos la ruina que deja su nefasta gestión, que en 2024, con las bonificaciones al transporte público y con las empresas de toda España batiendo récords de facturación, todavía sigue dando pérdidas y moviéndose en cifras por debajo de 2019.
Por supuesto, la culpa siempre es de alguien, ahora dirán que la culpa es de sus trabajadores, que se ponen de huelga para fastidiar al alcalde, o de cualquier cosa, pero hay que recordar que en la actualidad se están haciendo casi un 8% menos de kilómetros que en 2019. Y por supuesto, con una gestión de recursos humanos propia de un psicópata, con unas bajas que ni la administración pública, con unos horarios imposibles de recordar en la mayoría de las líneas, fuera del área metropolitana por decisión del alcalde, que solo permite ver la información del tiempo real en la app del Concello (con autobombo del alcalde incluido) y con una aplicación de la doctrina que lle den polo cu a todos los niveles. Pero la culpa será de los trabajadores, es decir, de la empresa, porque salvo en las empresas piratas, los trabajadores son parte esencial de la misma.
Y la reclamación va en un recurso al reequilibrio, que espero que el juez se lo tumbe. Al menos no tuvo el momento sujétame el cubata de no declarar las pérdidas artificiales de 2023, y declarar solo las reales, muy parecidas a las que publicamos nosotros. Por otra parte, es increíble que desde la dirección de Avanza se permita que su sucursal en Vigo lleve cinco años dando gastos, jaleos, polémicas y escándalos, y que las medidas para impedir esta situación no haya hecho más que agravarla y hundir la imagen pública de la empresa. Con todo, lo único bueno de la gestión del señor Lozano sea conseguir que el Concello le consienta cosas que con otra administración hubieran tenido consecuencias, llegando a mentir descaramente.
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