Las cuentas de Vitrasa al descubierto: edición 2023
Ariel Costas - 24/10/2024
Igual que hicimos a principios de año con las cuentas del ejercicio 2022, hoy exponemos las cuentas para el año 2023, las últimas que hay disponibles.
Viendo las dos primeras páginas (sin contar la portada), nos encontramos ya con el balance de situación (es decir, las cosas que la empresa tiene, y lo que debe a otras), y la cuenta de pérdidas y ganancias (el dinero que entró y salió este año).
Asímismo, de igual manera que el año pasado, en estas cuentas han mezclado el negocio en Vigo (la concesión del bus urbano, del Concello) con el que tienen en UTE junto a Avanza (su matriz) en el Baix Llobregat (Barcelona y alrededores), con AMB.
Los ingresos
Si bien vemos que el “importe neto de la cifra de negocios”, es decir, todo lo que han ganado de prestar servicio, se ha más que duplicado (pasando de los 23,5 millones de euros de 2022 a 54,3 millones), podemos ver en la nota correspondiente que hablan tanto de ventas como de prestación de servicios.
En ventas, el grueso de ingresos es por “reconocimiento de ingresos por inversión en activos sujetos a reversión en virtud de contratos concesionales” pasando de 99.000€ en el año 2022 a más de 30 millones en el 2023, correspondientes a compras de autobuses y otros activos que revierten a la administración una vez termina el contrato. Según dicen, es porque la empresa los compra, los paga la administración, y una vez termina la concesión, estos vehículos revierten a la administración de turno.
Gracias a esto y a la tabla que aparece debajo, sabemos que Vitrasa ha aumentado en 25 millones sus activos sujetos a reversión, principalmente autobuses, y hay muchos rumores de que van a llegar autobuses nuevos a Vigo.
Por otra parte, vemos los ingresos por venta de billetes, que sí están desglosados entre Vigo y Barcelona. En 2023, con el precio del billete de autobús a 1,49€ el ingreso total fue de 18,97M€, mientras que en 2022, con un billete de “tan solo” 1,40€ esta cifra fue de 17,26M€. Es decir, haciendo las matemáticas, nos da que la cifra de billetes vendidos fue de 12,7 millones en Vigo, frente a los 12,3 del año anterior.
Esto contrasta con noticias como esta del Faro de Vigo, que menciona una cifras bastante más elevadas que las nuestras, de unos 15,74 millones de viajeros, es decir, un 24% más de lo que dicen las cuentas, ante lo que cabe preguntarse si la empresa mintió en esas cifras, si no facturó todo bajo este concepto, o si se nos escapa algo a los autores de Vigo360.
Igualmente, el artículo anteriormente enlazado da en el clavo en cuanto a la pérdida de viajeros que no consigue recuperar: entre todos los recortes que se hicieron anteriormente, y las huelgas constantes del personal, es más complicado utilizar el autobús. Lo cual contrasta con lo que ha ocurrido en otros sitios, o aquí en otros medios de transporte (solo hay que pasearse por la intermodal un viernes por la tarde, o entrar en la web de Renfe).
Ahora, hablemos de los gastos.
Los gastos se mantuvieron casi iguales, si bien se contrató a más personal. También se aprecia en la subida de gastos salariales que el cambio fue por estas contrataciones, y no por un aumento de sueldo. Y visto lo visto, esto parece que no va a llegar nunca.
Vitrasa ha comprado nuevos vehículos a un año de terminar (supuestamente) la concesión. Estos aún no se han estrenado, pero hay rumores de que deberían hacerlo en breve. Y en lugar de usar la misma fórmula que con la anterior remesa de Volvo y los Mercedes-Benz de adquirirlos mediante arrendamiento (leasing), decidieron adquirirlos en propiedad. El problema es que si supuestamente termina la concesión, estos buses revierten a ser del Concello, por lo que comentábamos antes, con lo que Vitrasa tiene que amortizarlos de golpe, y no en varios años (como es lo normal, porque los activos no pierden todo su valor de golpe).
En concreto, se ha gastado 4,97 millones de euros en autobuses comprados sin arrendamiento financiero. Sabemos esto porque la cantidad de dinero que deben en arrendamientos financieros subió de 7,11 millones a 32,2M€ (25,1 millones de diferencia), pero los ingresos por venta de activos sujetos a reversión es de 30,1 millones. Es decir, esa diferencia de 5 millones es por compra de activos, probablemente pagando en efectivo con el cash pool que sigue manteniendo con Avanza, o endeudándose de algún otro modo.
Si Vitrasa se presenta a la siguiente concesión (si la hay para el año), y es previsible que sí, y gana, tendrá de nuevo los autobuses pero totalmente amortizados, en vez de irse devaluando año tras año. De forma que este año tienen esas pérdidas (por amortizar de golpe), pudiendo fingir pérdidas para evitar negociar sueldos, y para poder decir en los medios que “Vitrasa pierde 5 millones de euros” sin que se explique el por qué. Un puro truco contable.
Pero hagamos un pequeño ejercicio: pongamos por un momento que la cifra de 15,74 millones de viajeros es correcta, sin poner ni un solo autobús más, y suponiendo que otras variables se mantuvieran constantes (aunque en realidad buses más llenos implica que gastan más gasoil, que se deterioran más…), el ingreso por viajeross en Vigo sería 4.477.422€ más que la cifra actual. El beneficio neto resultante sería una mísera pérdida de casi 800.000 euros.
Conclusión
Un año más asistimos perplejos a un truco de magia contable, donde la empresa parece pegarse un tiro en el pie endeudándose para comprar autobuses que tienen que amortizar de golpe, todo con el fin de alegar pérdidas. Todo a su vez ensombrecido por la mezcla de las cuentas de Vigo con las del contrato del Llobregat, que por algún motivo no mantiene una contabilidad separada al tratarse de una UTE (aunque sea de chichinabo).
A su vez, tenemos unas cifras de viajeros donde hay 3 millones de viajeros fantasma, que si bien es una cifra que tiene sentido (porque desde luego hubo más movimiento en 2023 que en el 2022), no lo parece en las cuentas. Y no seré yo quien acuse a nadie de fraude contable, ni nada parecido, que no quiero recibir una notificación del juzgado en mi casa. Pero recordemos que acusaron a Monbus de vender billetes sin numerar en el Aerobús de Barcelona, y que en los últimos años Vitrasa ha empeorado hasta el punto de que parece que copia lo peor de esta empresa.
Poniéndonos demagogos por un momento, o haciendo como que no sabemos cómo funciona el mundo, podríamos preguntarnos ¿por qué una empresa como Vitrasa que lleva acumulando pérdidas año tras año no pide resolver el contrato?. Autos Carballo (Arriva) lo hizo a la vista de que una concesión que supuestamente daba beneficios, estaba produciendo pérdidas. Reclamó a la Xunta la resolución del contrato, y la Xunta tuvo que volver a sacar a concesión el lote con otras condiciones. ¿Por qué Vitrasa se agarra a una concesión con la que está perdiendo?
Y por otra parte ¿por qué se tardó tanto en adquirir unos autobuses que ya iban siendo necesarios y para los que parece que ahora sí hay capacidad de adquirir? Quiero decir ¿por qué se encargó esta remesa de vehículos en 2023 para que lleguen en 2024 (a un año de que termine el contrato) si se usó (previsiblemente) el mismo cash pool mantenido con el grupo que en 2022? Todo mientras en 2023 solo llegó, por ejemplo, un Citaro K de 10 metros, sabiendo que a poco que tuviera que pasar por el taller, tendrían que rescatar el 6139 o el 6142, que se pasan del límite de flota. Lo lógico hubiera sido adquirir al menos dos o tres de estos: mínimo uno para el 18A y uno de reserva, aunque ahora hay otro circulando en el 16/24, cuando escribimos estas líneas.
Veremos ahora qué ocurre con las cuentas de 2024 cuando salgan a mediados del año que viene, así como con la concesión, que caduca en junio, y para la que todavía no parece haber ni pliego ni plazos. Se supone que como mucho a finales de año debería saberse algo, y más conociendo la lentitud de estos procesos, y que es muy habitual que haya pleitos por defectos en estos contratos. Si no, que se lo pregunten a la Xunta de Galicia o al Concello de Santiago.
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