
Lo que va a pasar con la concesión de Vitrasa en precario
Daniel Antomil - 19/05/2025
El 8 de junio de 2020 debió haber concluido el contrato de Vitrasa, y abrirse el melón de redactar un nuevo pliego de condiciones y ponerse a trabajar en el nuevo contrato. Pero la pandemia hizo que hubiera que tirar a la basura el pliego de condiciones (sin que nadie dijera lo que iba a contener) y obligó a ejecutar una de las dos prórrogas de 5 años de las que dispone el contrato.
Estos cinco años la empresa ha sido como un muerto en vida, con constantes pérdidas, reales y artificiales, con problemas de todo tipo, denuncias, quejas, recortes, y un nuevo director al frente, a quien le ha tocado gestionar todo este problema y bajo cuyo mandato se pulverizó el récord de días con huelgas, el número de bajas se disparó, hasta el punto que Vitrasa en ese aspecto no tiene nada que envidiar a la administración pública, y el acercamiento del director al alcalde ocasionó escándalos como la presencia del director en Fitur pasándoselo teta mientras la empresa se resquebrajaba por dentro. A esto le unimos los escándalos asociados a la huelga, con el incendio del autobús 6806 en base a un supuesto plan ejecutado por su conductora y su pareja como máximo exponente, y vemos como han sido estos cinco años, los más terribles de la historia de la empresa, y con mucha gente echando de menos a Juan Carlos Villarino, director que tenía sus cosas, pero al menos tenía don de gentes y cuidaba la imagen de la empresa, algo que hoy se echa mucho de menos. Igual vio lo que iba a venir y decidió irse y dejarle el muerto a otro. Y puede que haya acertado.
Y ahora toca el momento de renovar la concesión, y es evidente que entre que caduque el contrato y salga la nueva adjudicación van a pasar varios meses, si no años.
El estado actual del procedimiento
En la actualidad solo ha salido el anuncio de la licitación, donde solamente se dice que el transporte urbano vigués va a salir a concurso y se dice su duración (9 años y 1 de prórroga), el coste del servicio (391,2 millones de euros por los 9 años, sin impuestos, lo que equivale a unos 43-44 millones anuales, a día de hoy el coste de explotación estimado - porque no hubo ni un solo año normal desde 2020 - estaría en 30 millones anuales). Y las inversiones, nada menos que 69 millones en bienes afectos a la concesión y que no pueden usarse fuera. Teniendo en cuenta que cada autobús híbrido cuesta 350.000€, para renovar toda la flota harían falta 43 millones por los 124 autobuses actuales, por lo que el aumento del coste sería importante. Y el inicio del contrato, para el 1 de enero de 2026, por lo que para esa fecha debería estar resuelto.
Desconozco el pliego de condiciones, pero estos sobrecostes deberían suponer un aumento del servicio prestado actualmente, porque si tenemos un servicio que en circunstancias normales costaría como mínimo un 50% anual más, y tales inversiones, deberíamos estar ante un servicio más potente. Pero el hecho de que el alcalde haya declarado que las escaleras mecánicas van a sustituir al servicio de autobús en algunos puntos y que se va a implantar el servicio a demanda en muchas líneas actuales, me hace sospechar de que igual los tiros no van por ahí.
Lo que va a pasar a partir del 8 de junio
Algunos temen por esa fecha, como cuando en mis tiempos de joven se decía que los mayas habían previsto el fin del mundo en diciembre de 2012. ¿Nos quedaremos sin servicio de transporte urbano? ¿Nos cobrarán un pastón por mantenerlo?
Pero tranquilos, nada de eso va a pasar, porque la ley 16/1987, de 30 de julio, de ordenación de los transportes terrestres dice en su artículo 82 que:
2. Los contratos se considerarán cumplidos y, en consecuencia, extinguidos sin necesidad de resolución cuando transcurra su plazo de duración, ya sea el inicialmente establecido o, en su caso, el resultante de su prórroga acordada conforme a lo dispuesto en el artículo 72.4.
No obstante, cuando finalice el plazo de vigencia de un contrato sin que haya concluido el procedimiento tendente a la adjudicación de uno nuevo para la prestación del mismo servicio, el anterior contratista deberá prolongar su gestión, cuando así se lo requiera la Administración, en los términos y plazos previstos en el artículo 85.
Y el artículo 85:
No obstante lo dispuesto en los artículos 72.4 y 73.1, en caso de interrupción de un servicio público de transporte regular de viajeros de uso general o de riesgo inminente de que dicha interrupción se produzca, la Administración podrá adoptar una medida de emergencia en forma de adjudicación directa o de acuerdo formal de prórroga de un contrato de gestión de servicio público o de exigencia de prestar determinadas obligaciones de servicio público.
El acuerdo en este sentido del órgano contratante de la Administración pondrá fin a la vía administrativa, será inmediatamente ejecutivo y su cumplimiento resultará obligatorio para el contratista.
La duración del contrato que se adjudique o de la prórroga que se imponga en el supuesto anteriormente previsto no podrá ser superior a dos años.
Es decir, que en todo caso, el servicio se va a prorrogar en las mismas condiciones hasta que entre el siguiente contratista. Así que que nadie se preocupe que no va a pasar nada.
De hecho en Galicia tenemos concesiones caducadas desde hace años en precario (como la de Santiago y la de Ourense) que siguen funcionando, pero sin nuevas inversiones, lo que ocasionó problemas con la flota en ambas ciudades, hasta el punto que el ayuntamiento de Ourense tuvo que comprar los nuevos autobuses, con una ristra de microbuses Isuzu que no dieron más que problemas. Así que si solo son unos meses no va a pasar absolutamente nada. Por otra parte, la empresa ha sido un agujero sin fondo hasta el punto que tuvo que recibir 18 millones del Concello y del Gobierno para mantenerse, y las huelgas han ocasionado que el servicio no se prestara correctamente, unido a que en la actualidad se realizan un 7,87% kilómetros menos que antes de noviembre de 2019.
La vía del precedente
Pero si vamos a la historia de la empresa vemos que esto ya ha sucedido anteriormente, concretamente entre 1993 y 1995. Repasamos los acontecimientos:
El 14 de diciembre de 1993 finalizó el contrato firmado en 1968, y en ese mismo mes, el Consejo Municipal de Transporte decidió en votación secreta prorrogarla 10 años más, pero el alcalde y sus socios se desmarcaron y el alcalde pidió un informe sobre la legalidad de la prórroga. Y el secretario consideró que la prórroga era ilegal (a no ser que durara seis meses), por lo que el transporte urbano tendría que salir a concurso, y a partir de 1994, estaría en precario.
Y durante ese año se celebró el concurso, en enero salieron los pliegos (que dicho sea de paso, establecían 90 autobuses y Vitrasa presentó 116), en julio se terminó el plazo de presentación de las plicas, y el 16 de septiembre, Vitrasa resultó adjudicataria del servicio. Y a finales de diciembre comenzaron a entrar en servicio el C1 y la línea nocturna, y finalmente, el 2 de enero de 1995, entraron en servicio decenas de nuevos autobuses con el nuevo color.
Durante este tiempo, Vitrasa ha prestado el servicio sin ninguna alteración, a pesar de que se decía que a partir del 14 de marzo dejarían de prestarlo. Así que en aquellos meses no ha pasado absolutamente nada, y todo parece indicar que así va a ser durante estos meses de tiempo de descuento. A no ser que pasen los años y el servicio siga sin estar adjudicado, lo que no parece que vaya a suceder.
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