Paseos por Vigo (6) - O Castro, Couto y Atalaia
Daniel Antomil - 21/09/2022
Posiblemente el parque más conocido de la ciudad es el Monte do Castro, cuya cima se encuentra a 169 metros de altitud y desde donde se divisa una buena vista de la ciudad.
Subiendo por el Concello nos encontramos con una gran cruz de piedra, pintarrajeada por los bajos y señalada como símbolo del fascismo. Dicha cruz se inauguró en 1961, y la plaza donde se encuentra se conocía como Plaza de la División Azul. La cruz se realizó como homenaje a los caídos en el bando nacional, y en un pleno de 1981, la cruz se reformó, se quitaron las placas y emblemas de la dictadura y se dedicó a todos los caídos, con independencia del bando. No obstante, ha sido señalada como símbolo fascista, incluso por una sentencia judicial. Dicha sentencia fue recurrida por el Concello de Vigo, y ganó el recurso, así que se puede conservar sin incumplir la ley de memoria histórica.
Subiendo, nos encontramos con el monumento a los galeones de Rande, construido en 1967, consistente en unas anclas y cañones. Estas anclas son tres de las que llevaban los navíos que se enfrentaron en la batalla que se disputó en la zona de la ría que se ve desde este lugar.
En lo alto nos encontramos la fortaleza del Castro, creada en 1665 debido a la necesidad de defender la ciudad de los ataques de los piratas, por eso se encontraba en un lugar desde donde se puede ver si unos barcos con malas intenciones se acercaban a la villa y actuar en consecuencia. En la actualidad se conservan bastante bien, y en los últimos años se derribó un restaurante que fue construido como un pegote de la muralla.
En el Paseo do Cronista Xosé María Álvarez Blázquez nos encontramos con el motivo que da nombre al monte, un poblado castreño descubierto en unas excavaciones en la década de 1990, restaurando posteriormente y abierto al público desde 2010.
En el entorno del monte se realizó un parque, con distintas dotaciones, un parque infantil (Parque de Charlie Rivel), árboles de distintas especies, paseos y pistas asfaltadas que se utilizan como lugar para dejar el coche y bajar al centro de la ciudad sin pagar.
Rodeando el parque nos encontramos una zona de casas unifamiliares, que se ubica en los lugares de O Couto y A Atalaia. Estas viviendas se comenzaron a planificar en la década de 1920, como una especie de ciudad jardín, que permitiría a sus moradores vivir en una gran casa de campo cerca de la ciudad. Por lo que estaban destinadas a hombres de negocios. Se comenzaron a construir en la década de 1940, y la mayoría se conservan, aunque varias de ellas en ruinas.
Por el lugar de O Couto discurría uno de los caminos principales de entrada a Vigo, que continuaba por la actual Rúa do Couto de San Honorato, y que más o menos discurre por las actuales Rúa do Couto y Rúa do Marqués de Alcedo.
En este lugar se encuentra el Conservatorio Superior de Música, construido en 1984, y que en la actualidad se encuentra en reformas. También se encuentra el CPR Aloya, construido en 1967.
Uno de los límites del barrio se encuentra en la Praza de España, bautizada con ese nombre en 1944, cuando aún estaba en construcción. El monumento de los caballos, inaugurado en 1991, es un homenaje a los caballos salvajes que existían en el monte de O Castro. Antaño había una fuente luminosa donada por Cesáreo González a la ciudad, que fue desmontada.
Yendo hacia la histórica parroquia de Freixeiro, nos encontramos con el barrio de A Atalaia, cuyo origen hace referencia a que se encuentra en un alto desde el que se divisa un gran paisaje. En este barrio se encuentra la Rúa de Aríns, que conserva varias de las viviendas centenarias del lugar, y que se conserva como una especie de aldea en cordón, con todas las casas unidas en torno al camino.
Y finalmente llegamos a uno de los edificios más llamativos de la ciudad, que es la Iglesia de la Soledad, construida en 1957, y fue promovida por Leopoldo Eijo Garay, obispo nacido en Vigo y que fue una de las figuras destacadas de la dictadura, que permitió que Franco acudiera a los actos oficiales bajo palio, como un respaldo de la Iglesia a la dictadura. Vivía al lado de la iglesia, en la casa parroquial, donde hoy se encuentra un parque. Dicho obispo quería ser enterrado en esta iglesia, pero sus restos mortales descansan en Madrid.
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