Paseos por Vigo (50) - Matamá
Daniel Antomil - 01/11/2023
Justo detrás de la factoría de Stellantis, que en la década de 1950 hizo desaparecer un buen número de campos de la parroquia (y que con el paso del tiempo, sus ampliaciones y el acceso al segundo cinturón acrecentó todavía más la desaparición de terrenos), se encuentra Matamá, una parroquia que conserva su ensencia.
Si por algo se caracterizó esta parroquia fue por ser una tierra de canteros, en esta parroquia existieron varias canteras que suministraban piedra a la ciudad de Vigo. Por esta razón, en 1991, a la calle principal de la parroquia se le denominó como Rúa dos Canteiros, como homenaje a estos profesionales que bajaban por esta misma carretera para suministrar piedra a la ciudad.
Y no solo la suministraban a la ciudad, también servía para construir las casas de la parroquia. De hecho, es más común encontrarse casas de piedra en Matamá que en la mayor parte de las parroquias, especialmente en su parte central, y núcleos como Beirán. Este negocio, además de los productos agrícolas que se cultivaban, hacían de Matamá una de las mejores zonas para vivir en el entorno de Vigo (la parroquia perteneció al extinto municipio de Bouzas, pero en 1901, tres años antes de la fusión, pasó a Vigo).
De hecho, en el propio núcleo de Beirán se conserva una capilla, que parece ser del siglo XVI, y que era una capilla particular, de Gonzalo de Beirán. Esta capilla estuvo dedicada a la Virgen de la Soledad, y de hecho aún se celebra la fiesta. La capilla está en estado de abandono, y hace décadas que no se celebran cultos, aunque a veces cortan la hierba que crece en su atrio y le cambiaron la farola que la ilumina.
Otra capilla que se conserva es la de San Mauro, o San Amaro, que preside la plaza que lleva su mismo nombre y que está rodeada de casas viejas, una de ellas, con una cruz esculpida, fue en su día la Casa de la Inquisición.
La parroquia de Matamá está consagrada a San Pedro, iglesia de estilo neoclásico construida a finales del siglo XX. Alrededor de esta iglesia se encuentra el centro de la parroquia, donde se concentran buena parte de los establecimientos que abastecen a los vecinos.
Subiendo hacia Manuel Cominges se encuentra el cementerio parroquial, justo al lado del Colegio Josefa Alonso de Alonso, cuya construcción sufragó Leonardo Alonso Alonso, vecino de Matamá, que hizo fortuna en Uruguay y donó buena parte de ella para la construcción de la escuela, para dar instrucción a los niños pobres que no podían pagarla. Como homenaje, en 1991 se le dedicó una de las principales calles de la parroquia.
Según bajamos hacia Fonte Alvite, nos encontramos la Asociación de Vecinos La Unión, y más abajo, la Sociedad Cultural y Deportiva Atlántida. Ambos sirven de dinamizadores de la vida social y cultural de la parroquia.
Además de la parte principal, la parroquia conserva varios núcleos, aparte de los ya mencionados, se puede destacar Carneiras, que hace de límite con las parroquias de Castrelos y Beade, y que tiene buena parte de su territorio en Matamá.
Otros núcleos destacables son Vilar, que tiene una especie de largo donde hay una fuente con lavadero, alrededor del cual se concentran las casas. Justo al lado se encuentra Balsa, donde ya abundan las casas unifamiliares más recientes, y O Roupeiro, justo detrás de Stellantis. Estos dos barrios van a sufrir una metamorfosis, puesto que en A Balsa está previsto construir una ciudad deportiva, y O Roupeiro será atravesado por un nuevo vial de servicio para Stellantis, además de una previsible ampliación de la fábrica, que lleva pendiente décadas.
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