Vigo360

Este artículo es un especial a consecuencia de las elecciones municipales convocadas el próximo 28 de mayo; siguiendo la tradición de Parada Solicitada . La presente entrada fue escrita en conjunto por los tres autores de Vigo 360: Daniel Antomil, Ariel Costas y Adrián Armesto. Por último, este artículo es satírico, y no defiende ninguna opción política concreta.

Abel Caballero (PSOE) espera al 28 en Urzáiz con intención de ir a la asociación de vecinos de Parada-Maceiriña para dar un mitin en el que prometerá ampliar el 28 hacia allí, pero al llegar al zoo, el conductor le dice que acaba ahí. Entonces le dice que él es el alcalde y que los conductores son enemigos de Vigo. El conductor consigue explicarle que es culpa de la Xunta, tras lo cual accede a bajarse y le promete que va a hacer todo lo posible para mediar en el conflicto con Vitrasa. Tras escuchar lo que quiere oír, observa el paisaje y llama a Pedro Sánchez para pedir dinero para un ascensor entre la Travesía de Vigo y el zoo.

Marta Fernández-Tapias (PP) espera el 28 junto a la intermodal, donde estuvo presumiendo de la increíble estación que construyó la Xunta y que claramente Caballero quiere boicotear solo porque no la hizo él. Al subir se da cuenta de que al volante va Alberto Besada, quien también va en la misma lista electoral. Tras intentar validar sin éxito la PassVigo, Besada paga el billete a la candidata de su bolsillo, mientras ella refunfuña porque la TMG no falla tanto.

Xabier Pérez Igrexas (BNG) espera el 28 en el Zoo, donde estuvo criticando a Abel Caballero por no-se-sabe-qué. Decide que va a hacer el recorrido completo hasta el Berbés; y al bajar se mete a Twitter para criticar a Caballero y Vitrasa que el autobús tarde 28 minutos en hacer su recorrido, y que es el mismo tiempo que se tarda en coche a Pontevedra.

Álvaro Díaz-Mella (Vox) espera al 28 en el zoo con intención de bajar a la sede de Vox, para reunirse con los miembros de una sociedad tan secreta que ni él conoce el nombre, pero llega 2 minutos tarde, y se queda en la parada esperando hasta que se da cuenta que el bus ha pasado. Mientras se dirige a la Subida a Madroa para coger el 9B, llama al autor del blog Contando Estrelas, y al cabo de un rato, aparece una entrada donde se le echa la culpa a Abel Caballero, Pedro Sánchez, el PP y varios medios de comunicación de derechas.

Rubén Pérez Correa (Podemos-Marea de Vigo) espera al 28 en Policarpo Sanz, con intención de ir a Candeán, en el viaje de las 13:15. Su intención es vigilar los incumplimientos del conductor, sobre todo tras tener conocimiento de la existencia de un viajero que se dedica a vigilar a los conductores y denunciarlos, y que consiguió el despido de uno que orinaba en los asientos de los viajeros.

Durante el viaje, escribe en Twitter todas las infracciones, reales o supuestas, del conductor, hasta el punto de acusarlo de machista por dejar tirada a una señora en Jenaro de la Fuente que iba corriendo detrás del bus. Su tweet se hace viral y consigue que en el Parlamento de Galicia se hable de la falta de perspectiva de género de los conductores de autobús.

Eva Endress (Ciudadanos) espera al 28 de las 13:15 en Urzáiz, 60, con el que quiere ir hasta el Zoo a dar un mitin a las cinco personas que le votarán en las elecciones. A las 13:35 llega el bus 6242 con unos 10 minutos de retraso, el cual conduce un amigo íntimo de Alberto Besada, que se da la casualidad de que también trabaja en Vitrasa.

Durante el camino va quejándose al conductor, diciendo que no puede ir tarde y echando la culpa a no tener un servicio de bicicletas de alquiler. Se distrae hablando con el chófer sobre el conflicto de Vitrasa y se pasa el Zoo, llegando a Rabadeira. El conductor le dice que se acabó la línea y que tiene que bajarse. Con esta terrible decepción, se va disgustada, pues tiene que cancelar el mitin.

Carlos Touza (Partido Comunista) espera al 28 en Urzáiz-Príncipe tras salir de su trabajo como teleoperador. Se dirige al monte de Salcides, donde vive, para rebelarse contra el sistema consumista. Mientras pasa al lado de los chalets de Figueiró, sueña con que tras la llegada de la revolución social que él mismo prepara en las largas noches conviviendo con toda clase de insectos, desaparecerían, y sus moradores serían puestos ante la justicia proletaria.