Sobre la subida del precio del Vitrasa
Daniel Antomil - 21/03/2023
Como casi todos los años, el precio del Vitrasa ha subido, y en esta ocasión, la subida ha marcado un nuevo récord. Desde 2015, cuando el precio pasó de 1,24€ a 1,32€ no se veía una subida de precio tan elevada.
Aunque hay que poner las cosas en contexto. El precio del billete estuvo congelado en 1,35€ desde 2018, y solamente en 2022 se subió a 1,40€. Con el aumento de costes que está sucediendo, con un IPC disparado, y un combustible que hasta hace pocos meses estaba a un precio desorbitado, sería caer en un idealismo el pensar que tales costes no iban a tener su repercusión.
Pero hay que tener en cuenta una cosa, que a muchos se les olvida. Mantener el servicio de transporte urbano tiene un coste (en 2021 fue de 27 millones de euros, hoy probablemente supere los 30). Ese dinero tiene que salir de alguna parte, y si no lo pagan los usuarios cuando se suben al autobús, lo tiene que pagar la administración pública.
También podemos pedir que lo pague la concesionaria, de hecho, la ley les obliga a ello. Pero eso en el fondo no es una solución. Con estos precedentes, nadie va a querer mantener un servicio a su propio riesgo que cuesta 27 millones de euros ingresando 20.
El precio del billete se calcula mediante una fórmula polinómica, que como todo lo que rodea al pliego de condiciones del transporte urbano de Vigo, es secreto, al igual que todo lo relacionado con la prórroga de la concesión y el pulso económico que mantienen empresa y Concello, de lo cual nos enteramos por capítulos, y con informaciones difusas sobre temas que mueven millones de euros de dinero público y el empleo de cientos de personas, lo que exigiría la mayor transparencia posible (si se respetara al ciudadano, claro está).
Por supuesto, a nadie le gusta que suba el precio del billete, y obviamente, las quejas no han tardado en suceder. Llama la atención este comunicado de Marea de Vigo.
Es cierto que los políticos viven en un mundo en el que estas cosas no les afectan. Si las cuentas no cuadran, se aumenta la deuda y punto. Quien va a pagar eso es lo de menos (llama la atención que en las administraciones públicas hay funcionarios con escasa ocupación e incluso sin ocupación alguna, pero en las sedes de los partidos políticos, los empleados están a tope de trabajo, porque esa gente le cuesta dinero a los partidos, pero los funcionarios los pagan los ciudadanos de sus impuestos). Por eso llama la atención el hecho de que considere que el precio del billete ordinario es “exagerado” mientras que aún ingresando esa cantidad por cada billete, el servicio es deficitario.
Posteriormente habla de que ese dinero que se deja de pagar a la empresa se podría utilizar en mejorar el servicio, es decir, quitamos a la empresa un dinero utilizado para financiar el coste del servicio, y lo dedicamos a mejorar ese mismo servicio. Si la hipótesis de partida es falsa, todas las afirmaciones que se basan en ella se derrumban como un castillo de naipes.
Marea de Vigo y el BNG siempre han defendido la creación de una empresa pública, lo que permitiría prescindir del beneficio industrial. En este caso el coste del servicio sería asumido en parte por los usuarios y en parte por la administración. Y si hay desfases, se quita dinero de otras cosas (por ejemplo, el sueldo de empleados fantasma, como la cuñada de Carmela Silva) o se deja a deber, que en la administración pública es muy fácil, y todo lo traga (y cuando deje de tragar ya será un problema del que venga.
Desde luego, una empresa pública nos ahorraba todo este circo que llevamos soportando desde la prórroga, con demandas, juicios, amenazas a los trabajadores de recortarles el sueldo, huelgas y millones de euros que bailan de un lado a otro. En este caso las pérdidas las paga la administración con nuestros impuestos y punto.
Y en respuesta a la pregunta inicial ¿es caro el billete de Vitrasa? La respuesta es que el precio del servicio hay que pagarlo, y si no lo pagan los usuarios, se pagará con nuestros impuestos. Y también habría que preguntarse cuanto cuesta hacer el recorrido en coche, si hay que pagar aparcamiento, la incomodidad de buscarlo, el ir en permanente tensión por la ciudad y en alerta permanente por la ciudad. En muchas ocasiones, viajar en bus es lo mejor. Y a veces, andando.
Comentarios
No hay comentarios aún. ¡Sé el primero en comentar!
Déjanos tu comentario