Vigo360

La presente entrada fue escrita en conjunto por Daniel Antomil y un servidor; y es un especial a consecuencia de las elecciones autonómicas convocadas el próximo 18 de febrero; siguiendo la tradición . Este artículo es satírico, y no defiende ninguna opción política concreta.

Alfonso Rueda espera el 18 en Praza España para bajar a García Barbón e ir a Areal a tomar el Monbus hacia Lugo, a donde se dirige por asuntos propios. Como no se acuerda de que los vitraseiros están en huelga y los horarios de la app están mal, espera el 18B, que no aparece. Finalmente, para un taxi para que le acerque a Areal, llegando con un par de minutos de margen; pero cuando llega, el Monbus ya se ha ido. Y entonces canta una canción que le hicieron llegar días antes: Me llaman el desaparecido, que cuando llegas ya me he ido…

Ana Pontón espera al 18 en Urzáiz-Príncipe para ir hacia A Salgueira. Piensa dar un mitin allí, para denunciar que el capitalismo salvaje acecha el barrio, con un centro comercial en un extremo y una urbanización de casas de colores para pijos por otro. Aparece el autobús, y el conductor le dice buenos días, en castellano, lo que considera una afrenta personal. Durante el viaje no para de insinuar que si el conductor fuera de la CIG, le habría hablado en gallego normativo, como es lo normal.

Xosé Ramón Gómez Besteiro espera al 18 en la Plaza de Miraflores, después de decirle a la asociación de vecinos lo que pasaría con los fondos del Concello si se atreven a criticar al alcalde. El conductor lo reconoce y no le da los buenos días, a lo que Besteiro reacciona criticando que los vitraseros son unos maleducados, que dependen de nosotros y nos tratan así. Al llegar a Plaza de España el autobús se ve bloqueado por una manifestación de conductores de Vitrasa, que gritan Abel, chocheas, Vitrasa te chulea, a lo que reacciona con un ataque de ansiedad, por lo que tuvo que ser trasladado al PAC de Pizarro. Al ser dado de alta, se pone a despotricar del mal funcionamiento del SERGAS desde que lo dirige el PP.

Marta Lois espera al 18 en Urzáiz-Príncipe para dirigirse al barrio de A Salgueira, al igual que Ana Pontón, para dar un mitin contra el capitalismo que acecha al barrio. Pero a diferencia de la señora Pontón, ella afirma que no es necesario hablar en gallego normativo, que se puede hablar en el gallego que hablaban los abuelos. En el acto, aparece una pancarta que afirma que A Salgueira pertenece a Sárdoma, pero el INE la ubica en Freixeiro. Ella dice que si llega a la Xunta, volverá a poner los marcos en su sitio, porque ya se sabe que los de Freixeiro son muy acaparadores y poco a poco van moviendo los marcos hasta invadir Sárdoma, que es su sueño.

Armando Ojea espera al 18 en Urzáiz-Príncipe porque quiere encontrarse con un chico que escribe en una página de internet sobre la corrupción en el transporte público para felicitarle por su labor y afiliarlo al partido, y preguntando a algunas fuentes, le han dicho que se le suele ver mucho por ahí. Se sube pero no aparece. Se baja en Gran Vía, y para al conductor del C1, y le pregunta por esta persona y le dice que no tiene línea fija, va por todos, y hay compañeros que dicen que vive en Beade, otros en Ramón Nieto, varios en Teis y además es odiado por algunos porque piensan que viene a vigilar a los conductores. Otro le contó que esos comentarios son obra de un conductor que fue despedido por orinar en los autobuses y que ahora muchos lo aprecian por lo que escribe en su página. Al final desiste, porque es como encontrar una aguja en un pajar. Pero al cabo de un rato, descubre que ese chaval es apolítico, y entonces habla con su jefe que le dice: Tú flipas, rapaz, como va a ser apolítico si habla mal de todo dios, ese tiene que ser de nuestro partido.

Álvaro Díaz Mella espera al 18 en Areal para ir hacia A Salgueira, para enseñar a los suyos el barrio que Franco hizo para los trabajadores patriotas de España. Al ver que el bus no pasa pregunta la razón y le dice que están de huelga. Entonces llama a Solidaridad, para preparar la estrategia para que los obreros patriotas de Vitrasa se levanten contra Abel Caballero, el PSOE y la amnistía. Consiguen el apoyo de dos personas, y una entrada en un blog antivigués criticándolos y haciendo bromas con la campaña.

Isabel Faraldo espera al 18 en el Camiño de Freixeiro, para dirigirse al centro. Viene de dar un mitin donde defiende que A Salgueira es de Freixeiro, y que Sárdoma debería dejar atrás sus aspiraciones imperialistas, además de decir que Franco conspiró contra Freixeiro construyendo el grupo sindical. En A Salgueira coincide con Marta Lois, y la tensión se palpa en el ambiente, ni se miran, y se sienta en el asiento más distante posible. En el centro, se dirige a un bar lleno de banderas gallegas con una estrella roja en medio, y en ese bar se encuentra a Ana Pontón, con quien mantiene una larga conversación como si ambas no fueran rivales en absoluto.