La compensación a Vitrasa
Daniel Antomil - 27/07/2024
La pandemia golpeó severamente a Vitrasa. Y entre 2020 y 2022 tuvo unas pérdidas importantes que era necesario compensar.
De hecho, buena parte de los problemas que arrastra hoy la empresa vienen de esta situación, donde la gestión de todos los actores dejó mucho que desear. No nos olvidemos que durante años, la empresa y el alcalde ha dado la matraca, por activa y por pasiva, de que no puede negociar hasta que no sepan lo que van a cobrar de reequilibrio. Y el propio alcalde ha dicho que era inminente, y un año después, comienza a pagarlo.
De hecho, solo Vigo tuvo problemas, el resto de concesiones, por sus características, pudieron capear el temporal por la via de los fondos públicos, lo cual demuestra que el contrato actual era más que discutible. Hay que entender que en Vigo, la concesión debe financiarse de forma autónoma, sin más dinero público que el que se paga por los bonobuses, mientras que en otras ciudades, la administración abona un dinero a la empresa por cada kilómetro recorrido. Y otras ciudades, como A Coruña, tienen un tamaño reducido y una densidad de población que garantiza la viabilidad del servicio.
Pero la Vitrasa del señor Lozano es insaciable, y quería 2,5 veces más, entre lo que se incluye la subida del IPC de sus trabajadores, la misma que le niega a los mismos, lo cual es un alarde de indecencia pocas veces visto. Es normal que la empresa pida lo más posible, y por eso se negocia, las partes están distanciadas y llegan a un punto de equilibrio en alguna parte, pero una cosa es eso, y otra cosa es actuar de forma indecente, y cabría preguntarse si en caso de conseguir los 31 millones exigidos, se le pagaría el 16% de subida de IPC de los trabajadores que exige la empresa al Concello, porque si no, estaríamos hablando de un robo a los vigueses en toda regla.
Por otra parte, la empresa podría rescindir el contrato en cualquier momento si le daba pérdidas, y de hecho, sería lógico que lo hiciera entre 2021-2022, cuando el covid iba remitiendo y las pérdidas seguían vigentes, el hecho de que siguiera con él solo revela que sabían que sus pérdidas iban a ser compensadas.
Además, es llamativo que durante 2022 se perdieran viajeros respecto a 2021, cuando las medidas anticovid ya no estaban en vigor, salvo la mascarilla obligatoria, y a partir de septiembre, el precio tuvo una rebaja significativa. Quizás la gestión de la empresa deje mucho que desear. Y con todo, el número de horas perdidas por huelga, fue similar a 2021. Además, la política de recortes es evidente que va a hacer imposible volver a las cifras de 2018, antes de que comenzaran con esta política que no ha conseguido otra cosa más que empeorar el servicio y quitar autobuses de las calles.
Con todo, la racionalidad se impuso, y Vitrasa cobrará su déficit de explotación de los tres últimos años, y nada más, que es lo lógico, ni 8% de beneficio y historias similares. Cabe destacar que sobre ese mismo déficit se intentó rebajar un 30% el sueldo a los conductores, y cabría preguntarse que pasaría si aceptaran la rebaja, y hubiesen quedado como unos pagafantas. Pero ahora, con estos datos, solo queda firmar el nuevo convenio colectivo y alejar para siempre el fantasma de la huelga, la mitad de los autobuses parados, cristales rotos, ruedas pinchadas, escándalos, páginas de internet contando lo que nadie se atreve a contar, escenas vergonzosas y vergonzantes y sobre todo, que los recursos se utilicen para destruir en vez de dedicarlos a construir.
Comentarios
No hay comentarios aún. ¡Sé el primero en comentar!
Déjanos tu comentario