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Un Volvo 7900 S-Charge en la línea C3, bajando por Travesía de Vigo.
Un Volvo 7900 S-Charge en la línea C3, bajando por Travesía de Vigo.

La decadencia de Vitrasa en los últimos años

Ariel Costas - 25/08/2023

Me acuerdo cuando empecé a viajar de forma regular en autobús por allá por 2016, costando el billete 1,32€, cuando la mayoría de la flota eran Iveco CityClass y Citelis, y los MAN A22 eran de lo más nuevo y cuidado. Viajar era un gusto: visitabas la web y tenías a mano el cálculo de rutas, un mapa con las paradas y las rutas, así como el tiempo real. Llegabas a la parada, y con bastante frecuencia aparecía el autobús puntual o con un par de minutos de retraso.

De aquellas todas las líneas tenían frecuencias estáticas, principalmente de 30 minutos. De hecho, muchos horarios tenían buena parte del papel vacío porque se resumían a las tres o cuatro salidas a principio y final del día, y el resto era “de x a y, a los minutos 8 y 38” (por ejemplo). Podías aprenderte el horario de tu línea con facilidad, sabiendo que fueran las 11 de la mañana o las 6 de la tarde, el autobús pasaba a los minutos 8 y 38 de cada hora.

Sin embargo, hoy en día (y sonaré a viejo diciendo esto) esta ya no es la Vitrasa que yo recuerdo, la de los buses verdes, la de los horarios predecibles y memorizables, la de no tener conflictos constantes con sus trabajadores, y la de no tener buses sucios o que se caen a pedazos.

Viajar en vitrasa hoy supone usar Moovit (porque la web oficial no tiene cálculo de rutas propio, y la app “oficial” del ayuntamiento tampoco), mantenido por un tercero; consultar el horario a esa hora específica (por las frecuencias dinámicas e irregulares de 34-36 minutos); y confiar en que se alineen los astros y el autobús llegue a tiempo, en vez de 10 minutos más tarde y lleno de gente.

Hoy en día coger el autobús es inviable para mí, porque es como jugar a la lotería: no sé si el autobús va a llegar a tiempo, si va a llegar lleno, si va a llegar con retraso, si voy a viajar de pie comiéndome frenazo tras frenazo, o si llegaré a hacer el transbordo que necesito para llegar a mi destino.

¿Aprenderme el horario? Como diría el excelentísimo Alcalde de Ourense “tú flipas, nena”. Buena suerte es enterarme de que no lo han cambiado de ayer para hoy. O enterarme de que hay huelga y que el bus no pasa a los horarios que marca la app.

No hablemos ya de la flota, que es un desastre. Desde marzo, que es cuando entraron en servicio los Volvo han dado buena cantidad de problemas; y me consta que en estos momentos hay tres de ellos en los talleres de Volvo. Los MAN A22, los que en su día hacían que Vitrasa tuviera una edad media de flota muy buena, parece que estén en sus últimos días, por la de ruidos que hacen y el estado en el que están.

Y por último, el tema de los conflictos laborales. Llevamos actualmente 20 meses (desde diciembre de 2021) con huelgas constantes. Como ya comentó Dani de forma muy acertada, ¿y qué? ¿Que como pasajero te enteras el día anterior de que hay huelga y por tanto te toca sacar el coche? ¿y qué? ¿Los conductores siguen trabajando jornadas interminables con pocos descansos? ¿y qué?

La concesionaria ha llegado a un punto donde le da igual todo, y donde la pela es la pela, y cualquier cosa vale con tal de que cuadren las cuentas. Ya sea deteriorar la calidad y cantidad del servicio, pasar de los trabajadores, pasar de la flota; y en general pasar de todo con tal de que el dinero siga entrando.

Vitrasa Opinión
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