Vitrasa se ríe de los vigueses una vez más
Daniel Antomil - 20/11/2024
Se veía venir. El transporte urbano vigués está abocado a la huelga permanente y al descrédito total y absoluto, pero lo que pocos se imaginaban era que el espectáculo iba a ser tan grotesco.
Desde luego, si algo se puede decir de la dirección actual de Vitrasa es que la capacidad para superarse es increíble. Una pena que no sepan aplicarla para prestar un mejor servicio, y en su lugar, lo hagan para hundir en la cochambre a la empresa a la que dicen representar.
Porque lo sucedido entre el lunes y martes es impresionante. Vitrasa solicita una mediación para impedir que los paros parciales se materialicen. Hasta ahí todo normal y correcto, hasta que se descubre el pastel, la oferta era la misma, sin más, y el resto de cuestiones estaban sin concretar.
Si esto ya es increíble, lo sucedido al día siguiente por la tarde era de traca. Al día siguiente hicieron una modificación que consistía en un aumento adicional del 0,5% a cambio de quitar la prima de absentismo, es decir, quitar un dinero de un sitio para ponerlo en otro, que con la dirección actual, seguro que desaparecen cuartos por el camino. Prima que por cierto, es dudosamente legal. Y para más INRI, se obligaría a los conductores a estar disponibles las 24 horas (obviamente, sin cobrar plus alguno) e incluso se quiso establecer un descanso mínimo de nada menos que 5 minutos cada tres horas, que vamos, como el conductor esté estreñido, pues como que no le va a llegar para ir al baño
Y ahora llega la traca final. El comité de empresa, en un momento en el que parece un luchador que ha perdido la guerra y pide clemencia a su enemigo, renuncia a las subidas hasta 2023, a cambio de un 0,9% más para 2024. Y la dirección de la empresa, se lo niega, y por un dinero que representa el 0,5% de los ingresos por viajeros de un año (unos 135.000€ anuales) vamos a los paros parciales.
Es obvia cual era la intención, que no se firme un nuevo convenio, y evitar un acuerdo a toda costa.
La respuesta de Vitrasa
La Vitrasa del señor Lozano no ha tardado en responder, y nada menos que acusa al comité de empresa de chantajear a los vigueses para conseguir subidas de sueldo inasumibles a cargo de todos.
Obviamente esto es falso por una razón clara, si es cierto que los representantes de los trabajadores están chantajeando a la empresa, la respuesta es solicitar un arbitraje (y no una mediación), hacerlo público (para que no se puedan negar a aceptarla sin quedar destruidos ante la opinión pública) y firmar el convenio con lo que diga el árbitro, y el conflicto se terminó para siempre. ¿Por qué la dirección de Vitrasa no hace esto? Dejo la respuesta a criterio del lector
Luego repite como un loro las monsergas de la huelga anterior, diciendo que solo el 28% de los trabajadores (105) quiere la huelga. Obviando que buena parte del personal, y más ahora, son temporales que saben que si se atreven a apoyar de alguna forma la huelga, al acabar el contrato serán despedidos para no volver. Eso sin obviar a los inspectores, cargos medios y gente de oficinas que apoyan la huelga pero no van por temor a ser degradados o por represalias de la dirección, que ya demostró que a quien asoma la cabeza, se la corta. Realmente, la dirección de Vitrasa casi no tiene apoyo en la plantilla, son como un bunker encerrado en sí mismo y ajeno a la propia empresa que dicen representar.
Otra monserga es que los sueldos de los conductores son muy elevados con respecto a otras empresas en la provincia, obviando que, con algunas excepciones, solo los trabajadores de Vitrasa conducen en ciudad con tráfico, paradas continuas, viajeros que entran y salen, gente cruzando… Y sin tener en cuenta que el resto de conductores tienen un descanso obligatorio de 45 minutos cada 4,5 horas de conducción, que en Vitrasa, con algunas excepciones, no existe.
Es decir, si el trabajo en Vitrasa es más duro, el salario tiene que ser mayor, en caso contrario, no habría trabajadores dispuestos a trabajar aquí, y se quedarían con los conductores que no quieren en ninguna parte o directamente, sin ellos.
Luego viene con sus historias lacrimógenas de las pérdidas, la enorme subida del sueldo que ofrecen para los años siguientes (obviando que no tienen cláusulas de revisión de IPC, por lo que como suba de más, se la come), y que la empresa está en peligro (y siguen sin renunciar al contrato que supuestamente es un saco sin fondo), y obviando que la dirección de la empresa ha generado odio hacia la misma en una parte importante de la plantilla, que solo desea perder de vista a la actual dirección para siempre.
Conclusiones
El transporte urbano vigués no tiene solución posible con la dirección de Vitrasa actual, convertidos en una panda de peseteros, a los cuales nadie en su empresa respeta (y los pocos que no se oponen a ellos es porque piensan ascender o no perder su categoría en la misma, o al menos, no sufrir represalias). Y lo peor es que los jefes de Avanza parecen más preocupados en aparentar fortaleza en los congresos de movilidad que en ofrecer una movilidad de calidad a los ciudadanos que llevan.
Lo más sorprendente, y está pasando desapercibido, y es que, la concesión termina en 2025, y se está fijando tablas salariales hasta 2027, que heredará el siguiente adjudicatario, y lo más sorprendente, la empresa en sus cuentas no contempla como riesgo operacional el perder la concesión, lo cual es muy osado cuando hay un concurso al que presumiblemente se presentarán Monbus, Alsa, probablemente Vectalia, y otras empresas del sector, con mucha fuerza y muchos abogados. Por lo que intuyo que es muy probable que se ejecute la segunda prórroga del contrato.
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