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Los inicios

El 23 de diciembre de 2020, Lugove (UTE formada por Empresa Raúl y Vectalia entre otras empresas) comenzó a prestar el servicio regular de la concesión XG883 (que junta la concesión que tenía ATSA con la que tenía Melytour).

El primer día fue un caos, el hecho de que la nueva concesión suprimiera algunos servicios entre Vigo y Gondomar/A Guarda/Baiona, ocasionó que decenas de usuarios se quedasen tirados, esperando por autobuses que no llegarían. El resto, sufrieron importantes retrasos debido a que las validadoras han sido cambiadas, y los conductores tenían que aprender su funcionamiento sobre la marcha, lo que ralentizaba mucho la venta de billetes.

Luego descubrí (y mandé una reclamación) que no permitían hacer transbordos. Lo arreglaron, la Xunta repuso las frecuencias suprimidas en base a no se sabe qué, y el servicio comenzó a funcionar.

¿Cómo funcionaban ATSA y Melytour?

El servicio entre A Guarda y Vigo, ya sea por Tui o por Baiona, lo prestaba ATSA (Automóviles de Tuy S.A.), empresa que heredó el servicio del tranvía de Vigo a Baiona, allá por 1968.

Esta empresa era seria, los servicios se cumplían (cuando se podía), y trataban de hacer las cosas bien. Además, las líneas entre Vigo y Baiona/Gondomar estaban numeradas, de 1 a 5, lo que facilitaba la orientación de los usuarios. Y lo mejor de todo es que tenía las paradas señalizadas, en casi todos los lugares donde paraba, existía un poste con el logotipo de la empresa (que aprovecha ahora la nueva concesionaria, que no los ha retirado ni los ha modificado).

Con todo, los vehículos que se utilizaban no eran los adecuados, eran autocares muy altos, que para prestar un servicio donde se pasa relativamente poco tiempo en el autobús, se está parando a cada rato, y hay bastante gente mayor que lo usa, pues hay vehículos mejores. En sus últimos años estaban comprando autobuses de plataforma más baja, de segunda mano, eso sí, y con un cambio en la imagen corporativa, estos autobuses estaban pintados de un color entre gris y púrpura, con el logo de ATSA en tamaño gigante.

En cambio Melytour, prestaba el servicio entre Vigo y Gondomar por Vincios, con viajes ampliados a Tomiño y O Rosal, además de la línea entre Vigo y Tui por Mosende y Rebordáns (curiosamente, la primera línea que tuvo ATSA, hace muchas décadas).

El servicio incumplía el pliego de condiciones, por lo que fue sancionada varias veces, además de que en ocasiones hacían cosas extrañísimas (por ejemplo, hacer el recorrido al Cunqueiro yendo desde la Estrada de Valadares por el Camiño do Cañizo, por donde el bus pasa a duras penas, o mandando un autobús de dos pisos a la línea de Vigo a Tui, que la utilizaba entre alguien y nadie).

Pero lo peor es el conflicto que mantenían ambas empresas por el traslado de viajeros de Vigo a Gondomar. Melytour impedía que ATSA pudiera llevar viajeros de Vigo a Gondomar desde el casco urbano de Vigo, alegando que la concesión era suya, por lo que los usuarios de ATSA se tenían que bajar en Mañufe. Esto se solucionó juntando ambas concesiones, para evitar jaleos. Curiosamente, no pasaba lo mismo en Tomiño, donde también se juntaban las dos, o en Tui.

Pero la principal carencia del servicio era el precio. Para ir de Vigo (Areal) a Gondomar, el billete valía 2,50€, sin descuento posible, y además, si se subía a Couso o Morgadáns, el precio subía. Si se iba a Vincios, o nos quedábamos en una parada intermedia, el precio baja. Es decir, era un problema de la Xunta, que es quien pone los precios, y del Concello de Gondomar, que en su día no se quiso unir al transporte metropolitano, como sí hicieron Nigrán y Baiona, entre otros.

La nueva concesión

Una de las principales mejoras fue la bajada de precios, en todos los municipios donde no existía el Plan de Transporte Metropolitano, los precios bajaron considerablemente. Y es más, la propia Lugove sacó unas tarjetas que rebajaban un 30% el precio del billete normal, por lo que el precio del transporte público ha bajado considerablemente.

Los vehículos mejoraron mucho, desde que Lugove adquirió la concesión, ha comprado varias decenas de vehículos nuevos (28 Man Intercity, entre 2021 y 2022), 4 Otokar Ulyso (en 2021), 13 Otokar Vectio, en este 2023, e incluso he visto un Mercedes Intouro nuevo en Salvaterra, comprado en 2023 y utilizado para transporte escolar, además de unas cuantas Mercedes Sprinter. Además, los vehículos que traían eran relativamente nuevos, como los Otokar Navigo (estos autobuses pequeños de color blanco con cartelería en francés), o unos Man Intercity de 2017 que se pasearon en verano de 2022, y nunca más se volvieron a ver.

Todo ello, además de unos Mercedes Intouro de 2011, y unos Mercedes Tourismo comprados entre 2010 y 2016, componen la flota de Lugove, una flota muy nueva, y bastante adaptada al servicio que prestan (aunque no sé por que usan vehículos altos en las líneas regulares y algunos de plataforma baja en las escolares, personalmente, yo los hubiera cambiado de destino y utilizaría en las regulares vehículos de plataforma baja siempre).

Los servicios fueron mejorando, además de las mejoras que tenía la concesión, se añadieron más líneas, como el Nigránbus, las líneas directas a Playa América, o el nuevo servicio de Vigo a los polígonos de A Granxa y As Gándaras (que debería hacerlo Monbus y la XG621, pero curiosamente, se lo dieron a Lugove, imagino las razones).

Muchas de estas mejoras se consiguieron por las peticiones de los vecinos que desean un mejor servicio de transporte público, especialmente en el Val Miñor, donde son muy activos, e incluso en Gondomar se constituyó una asamblea al efecto. Y de esta zona salen las quejas.

Las quejas

La mayor parte de las quejas provienen de la zona del Val Miñor, y están referidas en su mayoría a autobuses que llegan tarde o que directamente ni pasan, a que van muy llenos, o a que nadie contesta al teléfono. Incluso se ha creado una plataforma en Change.org para pedir la retirada de la concesión.

Y es cierto, estos problemas existen. Y son sobre todo porque el tiempo para cubrir el trayecto entre la estación intermodal de Vigo y Gondomar/Baiona es muy justo. Si no pasa nada, en una hora se puede hacer, pero es imposible recuperar los retrasos, y se van acumulando según pasan los viajes. En verano directamente es imposible, porque con caravana y con el autobús lleno… los milagros no existen.

Lo que sí es rigurosamente cierto es que Lugove tiene un problema grave de comunicación. Enviar un correo electrónico es misión imposible, aunque se les puede hacer llegar reclamaciones a través del chat. El teléfono no suele contestar, y muchos usuarios lo primero que hacen cuando les surge una duda es llamar. Por lo que deberían revisar urgentemente este aspecto.

Lo curioso es la cantidad de reseñas negativas contra la empresa que hacen referencia a cuestiones que son competencia de la Xunta (tarifas, horarios, pago con tarjeta de crédito, información en tiempo real…) que no se ven en otras empresas, como Monbus, que hacen referencia al propio funcionamiento de la empresa.

Conclusiones

Conociendo el funcionamiento entero de Lugove, en todas sus líneas, y del resto de concesiones del entorno de Vigo y Pontevedra, considero que no hay justificación para retirar la concesión a Lugove, sobre todo, teniendo en cuenta que hay al menos dos concesiones con un funcionamento mucho más deficiente (la XG621 y XG622) que siguen operativas.

Si bien es cierto que hay problemas con el servicio por el Val Miñor, se deben a la deficiente planificación de la Xunta, que debería reformar el servicio, añadiendo unos cuantos autobuses más, y mejorando las frecuencias, para facilitar que los autobuses salgan de las cabeceras a su hora (la llegada se da por descontado que depende de las circunstancias, y más en verano y los fines de semana de calor).

Sí es cierto que hay aspectos en los que Lugove debería mejorar. Lo primero, la comunicación con el público, como hemos mencionado antes. Luego, sin ser limitativo, enumero las siguientes.

• Reforma de la presentación de los horarios, separando cada una de las líneas, numerándolas y poniendo horas de paso por distintos puntos del recorrido.
• Colocación de dichos horarios en todas y cada una de las paradas, y comprando más postes para señalizar las paradas que faltan (en Porto do Molle, por ejemplo).
• Con estos cambios, se puede implementar de una forma más fácil un sistema de tiempo real, mediante la app Moovit (lo más práctico), que permita saber cuanto tiempo va a tardar en llegar el autobús, especialmente en verano, que suelen venir tarde. En Pontevedra ya se hizo (aunque se estropeó por la creación por parte de Rías Baixas de un proyecto separado).
• Mejorar la página web, se puede implementar el sistema de cálculo de rutas de Moovit de una forma sencilla, y a día de hoy, los horarios de la app están actualizados y funcionales. Y arreglar sus fallos, sobre todo con el formulario.

Por último, los autobuses de Lugove, sobre todo los de las líneas rurales que casi nadie usa, suelen prestar servicio (de hecho, el incumplimiento de estos servicios es parte del negocio, como dijo el actual alcalde de Ourense en más de una ocasión, referido a la limpieza de las calles), y suelen cumplir las paradas, incluso llegando a extremos ridículos, como dar toda la vuelta a la universidad en sentido Vigo, aunque solo vaya un viajero (yo) que va a la intermodal, o a ir detrás de la manifestación de los conductores de Vitrasa por Florida, pudiéndose desviar, como si fuera un tanque del ejército ruso, que no puede decidir cambiar su itinerario aunque eso suponga pisar un campo de minas y saltar por los aires. Esto, unido a los autobuses que prestan el servicio (aunque creo que con los Intercity se pudieron currar más el tema de los timbres, hay pocos y el luminoso de STOP está tapado por una barra, pero esto es culpa del carrocero de los vehículos) y a los bonos de Lugove, me hace pensar que es una de las mejores empresas que a día de hoy prestan servicio regular de transporte de viajeros. Pero claro, van a hacer lo que la Xunta les mande, y si la Xunta presta un servicio deficiente, la empresa no puede hacer nada más que prestarlo lo mejor posible. Es como poner un motor de un Ferrari encima de un caracol.